Mi viejo y querido Celulámpara |
Celulámpara haciendo uno de sus grandes trucos: mostrar la hora exacta. |
Sistema de mensajes de Celulamp |
Pero los meses pasaron, y yo, sin saber que sus días estaban contados, continuaba usando mi viejo Nokia modelo Celulamp (Celulámpara, en español); hasta que el viernes pasado observé que el auricular de mi viejo amigo ya no funcionaba bien, puesquienes me llamaban no me escuchaban cuando yo hablaba y casi tenía que gritar para que me escucharan. Por eso hoy me decidí a comprar uno nuevo.
Quería seguir la moda de la mayoría y comprarme un Iphone o un Blackberry ("un Blackberry uso yo, u-oh-oh"... ¡maldita canción, cómo la odio!); pero al parecer el/la Blackberry de los más recientes cuesta más de lo que yo estoy dispuesto a pagar por un cabrón teléfono; ya que, por un lado estoy hasta eeeeeel culoooo de los juegos de mi viejo Nokia (un futbolito horrendo de 5kb y otro peor de una especie de Pokemón que tiene que descender por obstáculos); y por otro lado, el horizonte escabroso de esta vida y leer Eugenie Grandet han hecho de mí un completo tacaño.
Por ejemplo, influyó tanto en mí leer eso de reciclar los cabos de las velas que hasta hace poco guardaba los cartones de los objetos o muebles que he ido comprando, para ir a venderlos después por kilogramo; o sea, ¡tacañería al nivel de querer pepenarlo todo!; nivel vagabundo, vaya. También he llegado a economizar cosas como la leche. Por ejemplo, si abro un paquetito de galletas Oreo de 56gr. lo divido entre las 6 galletas y los distribuyo en 250ml de leche que contiene una taza; o sea que no puedo excederme de la ración per galleta, y si me sobra leche, la guardo en la nevera, aunque sean dos traguitos. ¡Simplemente brillante!
Total que había juntado una montaña de cartón para ir a venderla, pero esos cartones que tenía se comenzaron a llenar de alimañas y mejor los saqué a la chingada. Y, peculiar caso, cuando fui a tirarlos un pepenador de basura vislumbró desde lejos mi tesoro, como si hubiera olido los cartones, y fue corriendo hacia mí con una mirada que traslucía un brillante jackpot en sus ojos sin dejar de ver mi valiosa colección -¡hijo de puta oportunista!; tanto tiempo que me costó reunirlos para dárselos a ese cabrón- , y me dijo que se los diera y se los di de mala gana... ¡Ya qué! ¡Adiós a mi puta montaña de 55 o 70 pesos y varios metros cúbicos de volumen!
Entonces hoy fui a comprarme un celular nuevo. Había visto dos tiendas; en una estaba una tetona muy convincente y en la otra un gordo jorobado feo y nerd de lentes. Me decidí por el gordo jorobado, ya que la mayoría de los jorobados suelen ser honrados y expertos en tecnología; además, la mujer, aunque con muy buenos senos, quería a fuerza venderme un celular de color morado, cuando yo le había dado a entender que quería algo chingón y machista como yo, y ella insistió: "ay, pero hace un rato vino un chavo y se llevó del mismo color"; y yo: "pues sí, pero seguro era un TREMENDO TROLAZO".
Así que me decidí por este:
Modelo LG nomeacuerdo |
Otra fotografía más de mi nuevo teléfono. |
No sabía ni sé nada de celulares; a mi me basta un cuchillo, uno calzoncillos, un barril diogenista y unos zapatos deportivos para sobrevivir, pero la sociedad me orilla a comprarme un celular decente. Solo le pregunté al gordo nerd amable si el teléfono tiene "para Internet y para fotos", y ya. No me digan que me pude comprar algo mejor por 2699 pesos. ¿Saben qué? ¡Salaverga!... ¡Ya!... ¡Éste!... no lo voy a cambiar en mucho tiempo, así como mi celulámpara. De hecho me arrepentí de haber comprado algo caro que ni le entiendo aún y que voy a usar solamente para jueguitos y mensajear mujeres cuando esté borracho, y por haber regalado mi imponente montaña de cartón.
Yo no soy como otras personas que gastan en algo innecesario excediendo su límite de ahorro. Si se quiere llegar a ser algo en esta vida hay que seguir las tácticas de Slim, de Buffett y de Gates, comprando chicles para sellar los tickets de estacionamiento, aprovechar la mano de obra infantil en paises desconocidos y evitar al máximo las novias con autoestima elevada.
En fin, ya debió cargarse. Voy a checar qué tal están los juegos.
Aqui una fotografía de los juegos que trae mi teléfono. Desafortunadamente no salió el teléfono porque tomé chueca la foto. |
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