Pues total que venía yo en el camión del servicio urbano bailando cumbia con la señora de las tortillas, al vaivén pedregoso de la ruta y al compás de los aplausos y del “ea, ea” festivo de los pasajeros, quienes ya habían hecho círculo a nuestro alrededor; cuando a lo lejos, en un parque, vi a un grupo de adolescentes vestidos todo de negro, con ropajes ajustados y un largo fleco chapopotero cubriendo la mitad de su rostro, cosa que me hizo tomar acción inmediata.
Fue entonces que rompí la cadencia de la cumbia y, como si fueran persianas, despejé al grupo de pasajeros que me estorbaban el camino hacia la parte delantera del autobús. Luego quité al chofer de su asiento, pisé el freno hasta el fondo gritando con todas mis fuerzas: “¡BAAAJAN ALAVERRGAAA, BATO!”, y giré bruscamente el volante hacia la izquierda volcando el vehículo que arrasara con automóviles, testigos de Jehová, mimos, una marcha de lopezobradoristas y todo lo que se interpusiese en su caótica trayectoria.
Cuando al fin se detuvo el bólido, me quité los muertos de encima, me limpié
mi camisa para yates y después corrí sigilosamente a donde haraganeaban los raros adolescentes, los cuales hablaban afásicamente de MTV y de otras fruslerías producto de modas idiotizadas. Enojado encendí la mecha de un puto
palomón, de esos que truenan como petardos, y lo arrojé en medio del grupito… Y justo cuando se dieron cuenta de lo que se trataba…

¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMM! El cuetón despertó un eco desde el parque municipal hacia las montañas, haciendo huir a todos los pichones de las arboledas y encendiendo las alarmas de los carros cercanos, mientras los
elmos trataban de disipar el humo con sus manos de niña y se limpiaban el hollín del rostro. Me reí tan fuerte e hice tanta fuerza en el estómago que me desperté. (Esto último fue verídico y sucedió ayer).
* * *
Y es que yo fui educado como hombre, no como
puto. Estoy hecho a la antigua. Con el tristemente descontinuado método del fascismo paternal: a tinta de periodicazos en las nalgas y sin derecho de réplica. Crecí en una cultura chingona de machismo, santurronería y homofobia renuente a tendencias modernistas engendradas por escoria occidental. Nada de
“aaay, ay, yo soy amigo y confidente de mi hijo". "Estoy en contra de los castigos y a favor de la comunicación”. ¡Pff! ¡Qué puterías son esas! A mí me pateaban el culo cada vez que destruía cristales vecinos o quemaba todo lo que me encontrara (era yo de esos niños). Se me enseñó a no pegarle a las mujeres, pero sí a considerarlas incapaces de conducir un vehículo sin que choquen con un letrero gigante que dice ALTO con letras fosforeceentes o atropellen 100 niños en menos de 2 minutos. Se me enseñó a nunca sodomizar hombres ni viceversa, a no llorar por las heridas, a dejar limpio el plato, a no usar bufanda, a lanzar fuerte la pelota y a no taparme la nariz al brincar en la alberca. ¡Como hombre! (agitando el brazo).
Mis prejuicios con la gente y
mis ideas neomachistas surgieron con el tiempo a medida que me enajenaba con películas de acción y me juntaba con amigos vivales con maneras de pensar a fines a las mías, criados en ambientes similares, en donde la única conversación que se escucha en el comedor familiar es la que ameniza y sale del televisor.
Por ejemplo, si estuviera yo con mi mejor amigo y nos pusieran las siguientes imágenes, los adjetivos que usaríamos para calificar a las personas que allí aparecen serían de éste tipo:
*Nota* Para que esto funcione mejor, vean primero la imagen y después digan el primer adjetivo que se les viene a la mente. Si pensaron lo mismo que yo entonces son igualmente prejuiciosos.8==============================================D
MUSEO DEL PREJUICIO 2008
Ellos son unos...
Lo que yo habría dicho: Hippies, greñudos, drogadictos, motorolos, locos, harapientos, mugrosos o apestosos.
Ellos son unos...
Drogadictos, huevones, porros, motorolos, malandros, rockeros, greñudos o hippies.
Ellos son unos...
Malvivientes, drogadictos, vándalos, basura, nacos, delincuentes, porros, malandros, pandilleros o anarquistas de mierda.
Ellos son unos...
Travestis, vampiros, sidosos, calaveras, raros, drogadictos, feos, huevones, rockeros, transexuales o satánicos.
Él es un...
Delincuente, cholo, pandillero, malviviente, naco, malandrín, mara, drogadicto, trampa, gentuza o alcohólico.
Ellos son unos...
Homosexuales, jotos, greñudos, bisexuales, drogadictos, rockeros, maricones, anoréxicos, mongólicos, huevones o putos.
¿A poco no fue divertido el tour?
8==============================================D
Mi prejuicio no puede ser considerado como ignorancia ya que estoy consciente del mismo, ni tampoco como racismo porque ninguno de mis denuestos posee naturaleza racial. Es un modo de burlarme de la gente diferente a mi; un comportamiento inmaduro que me hace feliz. Ya mero voy a ser como aquellos hipócritas que se la tiran de intelectuales y cosmopolitas yendo a marchas de tolerancia, o en favor de los pobres, pero por otro lado, muy en el fondo, ven a los paisanitos sombrerudos como personas inferiores a las cuales pueden acudir cuando les inste un safari humanista que los haga sentir menos miserables, o les adornen su currículum con unos párrafos más de servicio social ¿verdad, aventureros en la sierra chiapaneca? Nah, yo prefiero ser honesto y decir entrecejo: "Pinche bola de hippies apestosos, ya dejen de fastidiar con sus tambores".
A lo que voy es que yo tengo costumbres anticuadas que me enorgullecen y que jamás voy a cambiar, como por ejemplo:
Tener un corte decente de cabello.
Así es como debe de ser un buen corte de cabello: Sobrio, recto, delineado, aburrido, sin pretensiones ni necesidades de ser diferente o encajar en un grupo, anticuado y sin patillas. Eso es lo que yo llamo un buen corte.
No hablarles de "güey" a las mujeres.No me gusta dirigirme de esa manera a las mujeres, es estúpido y vulgar. Aparte siempre he aborrecido el tono fresa con el que lo vocean algunos: "Nooo gueeeeeeeeyyy, eso está del naboooooo gueeeeeyy." ¡Puta madre! ¡Me enervan los huevos, putos fresas! Me dan ganas de pasarles la catana por el cuello cuando lo dicen y ver cómo se ahogan con su propia sangre.
Celulares para maricones, celulares para verdaderos hombres.Yo no sé cómo hay pendejos que son capaces de gastarse toda su quincena y quedarse sin un frijol con tal de comprarse el nuevo celular T-BeverlyHills90210, que dicen, te arrulla cantándote al oído y te da consejos de motivación de Miguel Ángel Cornejo cada mañana. ¿Para qué quiero yo tener Office 2007 en mi celular si apenas se puede escribir en un teclado tan chiquito? Carajo, el celular es para llamar y recibir mensajes, si quieren entretenerse váyanse a un puto parque de diversiones o consíganse uno que sea capaz de rellenar los huecos existenciales de personas inseguras. Si vendieran uno que se comunique a través de señales de humo seguramente lo cambiaría por que tengo ahora.
Ustedes decidan qué clase de persona quieren ser:
El manflorita de modales remilgosos que con lo único que ha reñido en su vida es con enormes penes en las fronteras de su culo, y que se acaba de comprar el nuevo celular multifunciones súper
chic y
fashion...
O el MEGA-CHINGÓN respetadísimo, aferrado a un pasado vietnamita de desollamientos y tortura, que se compró un celular en el 91 y no ha querido cambiarlo desde entonces, teniendo aún problemas para entenderle a las escazas funciones de tal.
¡alapeeeeeeeerrrrrrrrgaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Música anticuada para cincuentones enamorados.No hay nada como la música que escuchan los rucos cincuentones en la madrugada cuando están borrachísimos pensando en su amante. Con esto me refiero a las canciones de José José, el ídolo de los borrachos; de Roberto Carlos, el gurú de los viejos raboverde; o del magistral Carlos Gardel con sus tangos apasionadísimos. Yo escucho éste tipo de música cuando ya está amaneciendo, apenas pudiendo cambiar de canción, babeando, con la mirada perdida, inventándome amores y recordándolos con las canciones como si en verdad los hubiera vivido. Hasta el culisisísimo.
No me gusta que las mujeres se vistan como zorras.Me gustan guapas y con cuerpos pornográficos, pero no me gusta que se vistan como esquineras y sentir cómo las miradas de los transeuntes se clavan en sus nalgas como si fuera un palillo en un jamón botanero.
Por ejemplo, esta manera de vestir se me hace conservadora pero a la vez muy sexy y que enseña lo suficiente.
¡Auuss! Eso es lo que yo llamo mujeres sensuales y modernas...
MTV es mierda.
Nunca me gustó MTV, ni cuando era un puberto pendejo. Sólo veo Southpark y los Jackass, cuando aparecen. Le perdí el respeto que nunca le tuve cuando pusieron a un grupo llamado Kudai como artista del mes. ¡No seas mamón! Qué puta canción tan cursi esa de "los niños nosequé", donde ponen imágenes de tribus somalís, tanques de guerra y patitos cubiertos de petróleo. Hasta me dió una parálisis facial del coraje y tuve que normalizarme pegándome un chingadazo con la piedra del molcajete. Puros grupos maricones. Además, los conductores son de lo más fatuo que he visto en la tele, hablando en con un tono
supercool y buena onda. Todos ellos tienen que usar sus nombres abreviados como 'Tavo, Jaz', o Edu', para que el televidente se sienta más empático con ellos, rebajados al mismo nivel de inteligencia.
Otra cosa. La idea básica de los programas basura hechos en MTV latinoamérica es: un erupto de un gordo comepizza rockero que no tiene futuro y que tiene voz de mongol es sinónimo de éxito televisivo; así están de pendejos los guionistas. ¡Ah, pero ser guionista de MTV también es sinónimo de originalidad!
¡NO LO ES!
Nunca veré películas animadas por computadoraNunca he visto una película de animación computarizada tipo Shrek y jamás la veré. Entre más me invitan a verlas menos voy a ir, me niego a abandonar el romance por las caricaturas viejas. No me importa si son graciosas o creativas, prefiero que me pongan la tonadita de Laura en América el día de mi boda camino al altar que ver una de esas mariconadas dirigidas a un público unineuronal. Nada como una buena cinta animada descarapelada en blanco y negro que trate sobre un ratón que le roba el periódico a un policía, musicalizada con un piano de cola en vivo. O como Gokú partiendo en dos a Frizzer o haciéndole un puto hoyo en la panza a un monstruo barrigón hecho de goma.
Si en verdad eres hombre, vas a quemar el estuche del dvd de cada una de las películas animadas que hayas comprado y vas a dejar que el plástico derretido caiga sobre tu brazo para expiarte de tus pecados amariconados.
* * *
En fin, para que se den una idea...
- Soy tan anticuado que mi reproductor portátil de música no es un Ipod, si no un gramófono integrado a una mochila Sansonite que cargo en mi espalda junto con unos audífonos de piloto aviador de la segunda guerra mundial.
- Soy tan anticuado que todos mis amigos tienen más de 15 años de estar jubilados del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia).
- Soy tan anticuado que si unos astronautas atravesaran un campo electromagnético inestable y tuvieran que aterrizar de emergencia en una zona desolada de la tierra en donde solo estuviera yo, entonces creerían que han viajado al pasado porque acostumbro usar pelucas de aristócrata inglés del siglo XVIII.
- Soy tan anticuado que estoy convencido de que el hombre es el centro del universo y que el sol y los planetas giran alrededor de la tierra.
- Soy tan anticuado porque estoy pronto a cumplir años y eso exacerva mi estado de antiguedad de hoy día y me hace escribir muchas pendejadas como las de hoy.