28 de septiembre de 2009

Le negué una hamburguesa a un niño

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Ayer cuando salí de compras del supermercado pasé, como ya es tradición, a chingarme mis tres angus en el Burguer King del centro.

Ya había encontrado un booth alejado de toda persona que pudiera acercarse a molestar, o, peor aún, mirar mi comida; también había llenado mi vaso de refresco hasta el tope, le había puesto la tapa, e incluso ya había contado las papas (tengo una horrible manía de contar todo lo que me como. Cuando era niño contaba cada grano de mi cereal separándolos con la cuchara en otro plato. Mi mamá se enfurecía porque tardaba mucho en comenzar a comer, y cuando se daba cuenta de que estaba contando la comida, me regañaba o me pegaba en la nuca. Hasta la fecha lo sigo haciendo pero he aprendido a disimular magistralmente. En serio, ¡ayúdenme, por favor!!)

Total que todo mi festín estaba concertado: 48 papas fritas, 3 hamburguesas y casi 1 litro de Coca Cola, listo para combinarlo todo en mi boca y realizar una orgía de sabor en mi paladar; cuando súbitamente se coló un escurridizo chamaco de la calle, de esos con el cabello estilo cacto, que venden flores, el cual burló los ojos vigilantes del gerente y se fue directamente al baño, no sin antes echarle un vistazo a mi comida. “¡Escuincle truhán y hambriento, ha de querer que le de una hamburguesa! ¡Ja! ¡NUUUNNCAA!” –pensé para mis adentros. Y no me equivocaba... justo cuando iba a dar la primer mordida y mis papilas gustativas lubricaban al máximo, escuché: “señor, ¿me regala una hamburguesa?”.

A pesar de que retiré la hamburguesa de mi boca, esta siguió abierta debido a la sorpresa que me había causado tal atrevimiento. Yo, el hombre más egoísta, envidioso, ruín y despreciable –cuando de hamburguesas se trata– regalarle, ya no digamos unas cuantas papas, sino ¡una hamburguesa completa a un niño desconocido! ¡Una angus, por Dios!

Si tan sólo cuando recibo mi charola que trae las hamburguesas, el que me atiende ya sabe de manera automática el protocolo para salvaguardar su integridad física: decir en voz alta y temerosa el número de mi orden, ponerla en la barra y acercarla despacio con el palo de una escoba, lo más alejado posible de mi para que no le haga yo daño. Luego, al recibirla, muestro mis colmillos y comienzo a gruñir como un perro para alejar a la gente a mi alrededor, a quienes mi sistema límbico sólo percibe como una competencia, una amenaza de compartir mi sagrada comida. Me voy al rincón y empiezo a comer, mirando para todos lados, cuidando que alguien se acerque a pedirme. ¡Carajo, si soy capaz de cambiar a mi familia como esclavos por un Burguer King, ¿y este mocoso quiere una hamburguesa completa!? ¡Hazme el puto favor!

Me le quedé mirando con una media sonrisa por unos cuantos segundos. Estaba admirado, no podía creer lo que había escuchado, ni tampoco la empleada que limpiaba las mesas, quien tragaba saliva pensando que estaba a punto de presenciar un infanticidio (una previa mala experiencia cicatrizada en su brazo derecho le había enseñado a no acercarse a mi mientras me alimentaba.)

A pesar de que ya sabía la respuesta, le pregunté todavía con mi media sonrisa que si tenía las manos limpias. Me dijo que se las acababa de lavar, pero obviamente no le creí, puesto que no parecían ni húmedas ni coloradas, en caso de que se las hubiera secado con ese recio papel que ponen en los baños públicos. Además, siendo tan corto de estatura dudo que llegara a picarle al botón del secador automático, o más aún, que supiera su funcionamiento.

Mi magnanimidad hizo a un lado su mentira infantil y con una voz parecida a la de Jerjes, de la película 300, le dije:

–Hijo, puedes tomar cinco papas, no más.

El niño acercó su cultivo de bacterias que tenía por mano hacia mi contenedor de papas e irrumpí dividiendo el viento con el popote produciendo un chiflido marcial.

¡Ah, ah, ah! –le reprendí– Yo te las doy.

Separé meticulosamente las cinco papas usando el popote que aún no abría, empujándolas desde la charola hasta una servilleta que había yo dispuesto para que no cayeran en la mesa. El niño me dio unas “gracias” desconsoladas y se fue, pero le detuve.

–Olvidaste algo, niño– dije de nuevo usando la voz de Jerjes.

Con el mismo popote majestuoso le señalé una bolsita de cátsup que debajo ocultaba cinco pesos. Preguntó si eran para él y le dije que sí, pero que si seguía más tiempo cerca de mis hamburguesas me lo iba a comer a él también.

Un grupo de jóvenes que estaban sentados en el booth paralelo se echó a reír disimuladamente tras atestiguar un suceso tan fuera de lo común.

Todo aquello yo ya lo había concebido en mi mente desde el momento en que el niño miró mi hamburguesa, y debido a esto fue que me anticipé y aparté la moneda de $5 y la bolsita de cátsup, así como también reservé la cantidad de papas fritas que le daría.



Y hablando del tema, que tiene mucho que ver -coff-coff-, desde que vi el video del hijo de puta que asesinó a dos personas en la estación del Metro Balderas, tenía ganas de comentarlo en esta página.

Para quienes no tienen idea de a qué me refiero, les detallo:

La primer víctima, un policía que hacía su trabajo noblemente sorprende al homicida grafiteando consignas antigobierno, trata de arrestarlo y n'omás de la nada: ¡toma tu balazo! Al ver esta injusticia, un héroe albañil (por eso admiro tanto a los albañiles) sin pensarlo se avienta al ruedo adrenalínico tomando al toro por los cuernos para desarmarlo, lo hieren con una bala, resbala, forcejea, sigue peleando, le disparan de nuevo, cae, pelea un poco más, vuelve a caer y Don Cobarde sin clemencia le rellena la cabeza con plomo. Después se resguarda adentro del metro, recarga su pistola y comienza a dispararle a la gente.

Ahora bien, es muy cierto que casi todos en México odiamos a los chilangos (personas nacidas en la Ciudad de México, para quienes no son mexicanos) pero de un odio tradicional a ponerse a dispararles a quemaropa hay un larguísimo tramo de locura, malaleche y nulidad testicular. Este hijo de puta ya iba con intenciones de matar gente (que trabajara para el gobierno a quien le tenía/tiene aversión) pues llevaba a la mano municiones y hasta un pañuelo para limpiar su revolver.

¡Mentira! La verdad es que no odio a los chilangos, de hecho aplaudo en particular a tantos héroes anónimos que, arriesgando sus vidas, le cayeron como enjambre al homicida para tratar de salvar otras vidas más. Además, ¿cuántas balas se necesitan para matar a un chilango? En serio, parece que tanto smog les ha desarrollado una piel casi inmune a las balas, pues por más que el tipo les disparaba ellos seguían pelee y pelee. Eso es tener pelotas y un esqueleto de adamantium (o estar muy acostumbrados a la rutina diaria).

Aquí pueden ver el video versión light (no muestra sangre ni nada por el estilo, sólo el forcejeo):



Honor a quien honor merece, cosas a notar:
  1. Min. 2:54 - El gordo que saca su navaja para picar al desquiciado (mala suerte que no lo pudo hacer)
  2. Min. 1:13 - El hombre de blanco que se acerca a ayudar al albañil y recibe un balazo; no obstante, no resiente el balazo ni por dos segundos, desiste de ayudar y se regresa caminando tranquilamente como si nada hubiera ocurrido, como si el recibir un balazo fuera un hecho intrascendente; luego mira su ropa y hace una expresión como diciendo "¡Puuta! ¡Voy a tener que comprarme otra camisa!"(Min. 1:25) Todo esto sin soltar su saco ni los papeles de la oficina... ¡CARAJO! ¡PERO QUÉ HUEVOTES DE TORO TIENE ESE CABRÓN!
  3. Min. 2:16 - El chingonsísimo policía judicial que se acerca disparando y desarma al matón con la mano derecha (con la que porta el arma) y con la mano izquierda aplica una palanca inhabilitándolo. Máximus Vergae. Se parece a los detectives que acompañan a Mario Almada en cada una de sus películas; además, en la entrevista uno puede darse cuenta de que es uno de esos señores correctos que no acepta a los homosexuales.

A mi todo me parece un hecho psicótico aislado y circunstancial que el mismo homicida no esperaba. El hombre iba con intenciones de matar personas que trabajaran para el gobierno, esa era su obsesión. A todos los civiles les dispara en zonas no mortales para controlarlos, hasta que pierde la cordura con el albañil y lo asesina.

Las autoridades dicen que el hombre no tiene indicios de desequilibrio mental...

¡Bah! Escribirle 50 cartas al presidente y citar la biblia mientras le dispara a la gente es algo muy normal… Siiii claaaarooo… Pero eso sí, las personas que secuestran gente, reciben su pago y aún así matan a sus víctimas sin estar en una situación alarma, y con la adrenalina y la respiración controladas; esos sí están loquitos; Derechos Humanos corre rápido a abogar por ellos ¡pobrecitos!

¡Hijos de puta! ¿Cómo no están en la sierra abogando por los derechos de las familias de los indígenas que mueren asesinados protegiendo la selva? ¿Cómo no presionan a las autoridades fronterizas a que se solucionen los casos de las más de 300 mujeres asesinadas por José Luis Ávila Herrera en los alrededores de Ciudad Juárez? ¿Cómo no están en Xalapa evitando que un niño pida que le regale una angus entera? ¡Anarquismo puro!
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7 de septiembre de 2009

NOTICIAS SENSACIONALISTAS IMPORTANTES:

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Noticia 1- ¡Ya sé por qué el sábado pasado, luego de la borrachera de mi cumpleaños, tenía yo una galleta echa moronas en mi pantalón, apestaba mi camisa a pescado y amanecí en un muelle!

Así es. Como si fuera una revelación divina, hoy, tras la narración de lo acontecido por un testigo y luego de analizar varias piezas del rompecabezas con una supercomputadora que tengo arriba de mi cuello, me vino el flashazo de lo ocurrido a deshoras del sábado pasado en la madrugada, cuando estaba rebotando de pedísimo.

Resulta que saliendo de la casa de mi amigo, por ahí de las 5:30A.M., me puse a caminar por mucho tiempo para que se me bajara la borrachera. Caminé desde su casa al centro y del centro a un lugar llamado Los Lagos. En el trayecto pasé por una tienda, de esas 24/7, y me compré una Barrita Marinela para no vomitar; sin embargo, como me supo a mierda, la guardé en mi pantalón. Llegué, pues, a un muelle de madera que está en Los Lagos y me dispuse a sentarme para descansar y ver el amanecer aprovechando la agudización de mis emociones y el aumento de mi capacidad para apreciar la belleza que suele generar el vicio. La madera del muelle estaba tan cómoda, tan blanda y tan tibia que se me antojó recostarme completamente. Al momento en que estiré las piernas y descansé la espalda, escuché un burbujeo en el agua y me asomé. Era uno que otro pez de talle grande que me veían con cara de hambre (ya saben: “blup, blup”). Yo recordé que guardaba una galleta en mi pantalón, la cual por alguna extraña razón estaba deshecha, cosa que me resolvía el problema de desbaratarla para dársela a los pececillos; así que comencé a cebar el agua con moronas de barrita marinela. Rápidamente se amontonaron los peces haciendo chasquear el agua, desorden que vi como una oportunidad de cazador, y como un halcón hundí mi mano a lo profundo llegando a alcanzar una mojarra*, la cual estaba tan babosa que se me resbaló, desahuciándome de su sabor e impregnando el aroma del lago en mi camisa nueva. Ebrio y desconsolado traté de ponerme de pie para largarme del lugar, pero un abrumador mareo me regresó a las tablas como si fuera otro borracho necio que se niega a quedarse solo, hundiéndose ambos antes en la dipsomanía que en la profundidad del lago.

Por más que me opuse, mi propia incapacidad de controlar mi cuerpo me convenció de quedarme otro rato más, decidí descansar. Entonces me dije que al escuchar el primer trote del deportista matutino o el primer graznido del pato, me despertaría para regresarme a mi casa; mas no fue trote, ni graznido lo que me despertó, sino los rayos del sol que a una ya no tan temprana hora quemaban mis pestañas. “¡Puuuuta madre, las nueve! –dije, y huí del lugar como si estuviera tan herido como avergonzado, pues ya los deportistas corrían y los perros sacaban a sus dueños para hacer ejercicio; y, aunque mi casa estaba a solo tres cuadras del lugar, sentí como si fuera una peregrinación de rodillas hasta la basílica de la Virgen de Guadalupe. Tal fue el calvario que me persigné al llegar sano, apestoso y salvo.

¡Carajo! ¡Si todo tiene una explicación lógica! Esta verdad revelada a destiempo descarta por completo las especulaciones de mis amigos sobre la abducción por parte de extraterrestres, la pelea con los albañiles o el haberme fugado con una hippie (si es que entienden en qué parte cabría ella dentro de las conjeturas.. ¡ewwgg!)

(no sé si era mojarra, pero en ese momento se me antojó comérmela pensando que era una mojarra)


Noticia 2- ¡Máximus Vergae publicará un E-book totalmente GRA-TUI-TO!

Como símbolo de buena voluntad, agradecimiento, magnanimidad y marketing, Falso Profeta os obsequiará un E-book en formato PDF con las mejores publicaciones de este blog mas algunos textos inéditos, para que lean y compartan con quienes se les antoje.

No obstante, no tengo tanto tiempo para confeccionarlo solo y necesito que algún lector-diseñador chingón o chingona sea tan generoso de ayudarme a diseñar el esqueleto del E-book; oséase, tres páginas solamente, que serían portada, índice y las demás que se repetirían.

Es algo sencillo que hasta podría hacerlo yo solo, pero ¡no mamen! ¡Si quieren también voy hasta su casa con todo y máscara, no sólo a leérselos, sino a representárselos con varios cambios de vestuario y efectos especiales mientras ustedes descansan cómodamente en el sofá tomando una limonada que yo mismo les preparé!

También necesitará de alguna que otra corrección gramatical o puntuacional, por lo que si alguien se especializa en corrección de estilo o en diseño, y quiere ayudarme y aparecer, desde luego, en los créditos, hacerme el favor de enviar un correo a profeteando -arroba- hotmail.com, con asunto: "yo te ayudo, hijo mio". Posteriormente yo me pondré en contacto con la persona que me haya socorrido con este menester. Se aceptan, además, todo tipo de sugerencias como "qué les gustaría que viniera" , "cómo les gustaría que estuvieran clasificados los escritos", etc, etc.

En cuanto al prólogo lo hará Gabriel García Márquez auxiliado por Jordi Rosado.

Eso es todo por ahora.

8====UPDATE====D
Ya conseguí quien me ayudara, muchas gracias a quienes me mandaron un e-mail. A los huevones que se los lleve el infierno.
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2 de septiembre de 2009

Le gano a pelear a William Levi y al 99.9% de mis lectores, pero principalmente a William Levi

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Algo que nunca les había contado es que soy experto en ganarle a pelear al actor William Levy, o ¿ya les había contado cuán experto soy en ganarle a pelear a William Levi? Yo no recuerdo haberlo mencionado.

Pero de verdad, no les miento. Créanme que si en algo soy bueno es haciendo hot-cakes, ordenando discos compactos, elaborando venganzas y, desde luego, en lo que soy mejor: ganándole a pelear a William Levy.

Si hubiera algún deporte llamado "ganarle a pelear a William Levy", yo sería el Michael Jordan en tal disciplina. Incluso si tal deporte formara parte de los juegos olímpicos, yo quedaría imposibilitado de competir, pues sería demasiado injusto para los demás competidores del mundo el que yo le ganara a pelear a William Levy antes de que ellos tuvieran al menos la oportunidad de intentarlo.

No es envidia la que le tengo jajajaja [coff-coff-:@]. El hecho de que le guste a más mujeres que yo, que tenga más dinero, sea mucho más famoso, tenga un cuerpo mejor formado, etc, etc, etc; no me causa ningún tipo de conflicto... pero si alguna vez me lo topara en la calle, seguramente lo golpearía, y a su vez, le ganaría a pelear.

¡Pff! La verdad no creo que me duraría más de cuatro segundos en un combate. Sólo observen esta amedrentadora imagen mía.


Apoco no creen que esta figura tan imponente, avasalladora y temible le causaría el más profundo miedo, no sólo a él, sino a cualquier persona con uso de razón en el planeta, al momento de mirar mis ojos chispeantes de furia.

Aparte sólo vean la cara de "yo no peleo con nadie porque eso es algo para salvajes" de William Levy, nada que ver con la mía. ¡Qué marica! Un hombre debe de saber pelear hasta con osos polares. El tipo se ve que sólo ha peleado en su vida por conseguir la crema humectante más efectiva del mercado, en la infancia contra su hermanita por su barbie favorita o contra mí en uno de sus peores pesadillas, en la cual perdió, obviamente.

Para que me entiendan aquí les escribo algunos datos curiosos, tips y anécdotas sobre yo ganándole a pelear a William "Nosabepelear" Levy:


  • Yo, Falso Profeta, tengo un doctorado Honoris Causa de la Universidad Ganarle a Pelear a William Levy, establecida en Londres por un decreto de la reina madre en 1998.
  • La primera vez que me di cuenta de que podía ganarle a pelear a William Levy, fue porque accidentalmente choqué mi hombro contra el suyo y lo noquée veinticinco veces antes de que cayera al piso.
  • Antes de ganarle a pelear a William Levy me gusta desayunar jugo de naranja y tomarme una foto de mi rostro del antes y después de la pelea. Pero como le gano peleando sin que me haga un solo razguño, solo me he visto en la necesidad de tomarme la del antes y fotocopiar esa misma imágen hasta el cansancio.
  • La manera más fácil de ganarle a pelear William Levy es ser yo mismo.
  • Cuando no puedo dormir, en vez de contar borreguitos saltando una cerca, cuento las veces que le gano a pelear a William Levy. Al llegar a las 75,000 me quedo bien dormido.
  • La primera vez que perdí contra William Levy, fue en un juego donde tenía que hacer todo lo posible por no ganarle a pelear.... fracasé rotundamente.
  • Mi nombre real es Leganoapelearawilliamlevy Hernández Pérez.
  • Hace tiempo pedí a un grupo de científicos que desarrollaran una cura para mi enfermedad cuyo sintoma principal es el de ganarle a pelear a William Levy, pero mi enfermedad le ganó a pelear al antídoto.
  • Si nos tomaran una fotografía a mí y a William Levy juntos con una cámara Kirlian, en la cual se nos prohibiera movernos un sólo milímetro, entonces se revelaría mi aura ganándole a pelear al aura de William Levy.
  • Mi teclado solamente tiene las estas letras del abecedario: LEGANOPLRWIMVY"
  • Si fuera yo un superhéroe entonces mi poder sería el de adivinar siempre el futuro... en una pelea contra William Levy pues ya sabría el resultado.
  • Si llevaran un rinoceronte a la sede de la ONU y... Ok, creo que ya me entendieron ¿no?
(Si alguien quiere contribuir con más, sus invenciones son bienvenidas en los comentarios)


Bah. No entiendo cómo puede gustarle a ustedes mujeres alguien que no sabe pelear. La selección natural en la copulación humana debería estar primitivamente fundamentada en quién gana a pelear o en quién le patea el culo a William Levy con mayor facilidad, no en percepciones vacuas de estetisismo remilgado y maricón.

Yo por mi parte les aseguro que le gano a pelear al 97% de mis lectores. Y eso que conozco a mi lector promedio, el cual suele ser un violento sombrerudo norteño que se la pasa en el monte disparando su calibre .38 mientras grita "yeehaw" o "ajúa" sin razón aparente, cagando en los matarrales sin temor a las serpientes y que desayuna Fruty Loops con aguardiente. A ellos también les gano a pelear.

Pero para qué alardeo si puedo remitirme a las pruebas. Si alguien quiere pelear conmigo, antes que nada deberá de esperar su turno y llenar la siguiente solicitud.

SOLICITUD PARA PERDER UNA PELEA CONTRA FALSO PROFETA






*Seleccione el modo en que Falso Profeta le ganará a pelear:








Por favor envíenme todas sus peticiones y no se olviden de especificar cómo quieren que los madree.

En lo personal me gusta ganarles a pelear cuando estoy recostado en la hamaca, ya que esto me permite relajarme, leer un buen libro, tomarme una limonada y ganarles a pelear, todo al mismo tiempo. Cuando estoy en el trabajo no me gusta, porque tengo que ocupar un brazo para bloquear sus golpes que vienen en cámara lenta y con el otro debo de escribir en el teclado o atender al teléfono, cosa que me quita mucho tiempo. Inclusive han llegado personas desde España y de Rusia que me han logrado quitar casi 3 minutos de mi productividad, hasta que los dejo yaciendo en el piso viendo pajaritos flotando sobre su cabeza.

¡Por favor, ya alguien que pelee bien! Me aburro en mi trabajo y en mi casa. Y más de ganarle a pelear a ya saben quién.
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1 de septiembre de 2009

¡Regresa John Sebastian Bach motherfucking RAMBO!

21 comments
Estaba recién despertándome con una tremenda erección como el resto de la mayoría de los humanos del sexo masculino entre 14 y 35 años (dato científicamente comprobado), cuando en mi facebook, Daniel Franco me compartió la siguiente excelente noticia para todos los amantes de las buenas películas de acción.

Los Angeles.- El actor estadunidense Sylvester Stallone protagonizará y producirá una quinta secuela de "Rambo", que podría estrenarse el próximo año, informó la revista "Variety".

La productora Nu Image Films será la encargada de llevar a la pantalla grande el regreso de "John Rambo", para la primavera, señaló la publicación.

En la nueva aventura situará al soldado de la guerra de Vietnam en una batalla contra una red de tráfico de personas y mafias de la droga que secuestran a una joven cerca de la frontera entre México y Estados Unidos.

En diversas entrevistas, el protagonista de "Rocky", mencionó que habría una nueva historia para la saga de "Rambo", luego de que en 2008, la cuarta parte registró ingresos por 113 millones de dólares a nivel mundial.

Aunque resultó inferior a la recaudación obtenida por las tres primeras entregas, especialmente la segunda "First blood part" (1985), que cosechó 300 millones de dólares.

Nu Image Films y Stallone estrenarán en 2010 "Expendables", película que cuenta con la participación de los actores Jason Statham, Jet Li y Mickey Rourke.

Fuente: Diario Mi-leño

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Estaré en la premier a pecho desnudo, con una cinta roja en la cabeza y una metralleta de juguete (de esas que les regalan a los niños pobres), puedes contar con eso Stallone.

Por cierto, en la película The Expendables, además de Jet Li y Jason Statham (el pelón que hace películas mierda, pero que pelea bien chingón), actuarán Bruce Willys, Arnold Muchasletras, "Stone Cold" Steve Austin, entre otros actores sociópatas, lo que promete ser una explosión cada 30 segundos mínimo; número de explosiones nunca acontecidas en un filme.

Por lo demás, una disculpa a mis lectores fieles por tardarme en postear. Hoy en la noche escribiré algo sobre cómo es que le gano a pelear a William Levi y a muchos otros de mis lectores, pero principalmente a William Levi.

Si mañana miércoles antes de las 11 AM (hora central) no lo leen algo así en este blog, entonces les concederé todo el derecho de llamarme "practicante de la sodomía PASIVA en un tren humano conectado fálicamente, estando él mismo hasta adelante como locomotora" por todos los días que le restasen a este blog.
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