Odio los Starbucks; todo es tan buena onda: los que trabajan allí sonríen a cada momento, los clientes entran a desestrezarse leyendo un buen libro o a escribir en su laptop, el café que venden es bueno y lleva escrito tu nombre, lo que le añade un toque de familiaridad con el lugar, hay música moderna estilo lounge, sillones acogedores, cuadros bonitos y niños y niñas bien; en fin, todo es tan genial...
Lo que muchos no saben, es que detrás de todo ese teatro de alharacas, gestos buena onda, camaradería y café, hay una enorme cobija de hipocresía, vanidad, pretensión y estupidez.
En primer lugar ¿por qué mierda va alguien a leer un libro en un lugar tumultuoso lleno de distracciones como murmullos, risas, música, mujeres y demás? Yo tengo la respuesta: Lo hacen porque son unos coños pretenciosos y quieren que los que están allí piensen: "wow, mira aquél, está leyendo El Conde de Montecristo, debe de ser muy intelectual." Y después de eso, el tipo se de cuenta de que le miran, sorbe un poco de su capuchino, le de un toque a su cigarro y expone su pose de busto griego filosofando para sus espectadores, lo cual apaciguará por un momento sus ganas de llamar la atención...
¡Pero falso profeta, los sillones de allí son muy cómodos, el lugar se presta para leer!
Sí, flujo de excremento, pero ¿no sería más fácil y práctico irse a leer a otro lugar más tranquilo sin tanta bulla como...? Mmmm no sé, no se me ocurre un lugar donde se pueda leer mejor que en Starbucks, no creo que lo haya...
¡Ah sí, se me ocurren unos 5000 mejores lugares para leer que en Starbucks!
Podría ser...
¿Un taciturno, fresco y relajante PARQUE?
O qué tal...
¿Un lugar silencioso, aislado y precisamente hecho para que se lea en ella como UNA BIBLIOTECA?
O mejor...
En tu recámara cómodamente recostado y sin ruidos. (la recámara no se ve porque se fue la luz en ese momento)
¡Pff! Cuando anduve en el DF y salí de la embajada de E.U al terminar de resolver mis asuntos y colocar unos explosivos, allí en Insurgentes, tenía yo bastante hambre, así que tomé un prolongado respiro, me concentré y formé una gigantesca burbuja antivanidad, consumismo y pretensión, para meterme al Starfuckers que está enseguida. ¡No no no, no lo pude creer! Desde el momento en que me colé en la fila, la gente ya peleaba mentalmente en sus conversaciones prefabricadas por saber quién era el más pendejo y petulante del lugar.
Uno de ellos, vestido con ínfulas de europeo, le decía a otro igual de: "Y bueno, qué te pareció la de «El Perfume»" -a lo que el otro contestaba: -"No pues, nada que ver con el libro ¿eh?... son muy, muy diferentes ¡el libro es mucho mejor!".
Me dieron hartas ganas de que el café en grano que tienen como muestra fuera una sustancia altamente corrosiva para echárselas en los ojos y luego azotarlos contra la vitrina.
Yo no sé por qué la gente insiste en comparar libros con el cine. Son artes enteramente diferentes. Es como si algún poeta tratara de narrar por escrito una carrera de Michael Johnson con más emoción que en la tele, o como si un cineasta hiciera una película tratando de plasmar en pantalla los sentimientos de una obra.
Veamos si son lo mismo:
Fig. 1.0 Un libro: Transmite ideas y pensamientos mediante letras.
Fig. 1.1 Un cine: Transmite ideas y pensamientos mediante imágenes y sonidos. Ah, por cierto.... es unas 800 veces más grande que un libro...
¡Idiotas!
¿Por qué no mejor inventan una computadora mágica que capture y digitalice exactamente cada uno de los sentimientos de un poema de Baudelaire y luego los envíe a un proyector mágico que los reproduzca como imagen en una pantalla de cine, bola de penepequeños engreídos? ¡No! Tengo una mejor idea, ¿por qué no mejor se callan y le dan sus opiniones sobre películas y libros a una boya que se encuentre 12,000 leguas y rodeada de tiburones?
Cómo me caen mal ese tipo de personas. Y lo peor de todo es que no solamente se reúnen en Starbucks u otros establecimientos de la misma calaña. Acá en Xalapa hay miles por todas partes y demasiado cerca de mi casa. Una vez quería desayunar Choko-krispis y cuando abrí la bolsa para servirme había cuatro de ellos escuchando trova y filosofando en mi plato. En otra ocasión iba a visitar a un amigo en su departamento pero me equivoqué de habitación y toqué la puerta de unos "intelectuales", y cuando la abrí se me vino encima una avalancha de libros y sufrí múltiples fracturas.
Son peligrosos y por ello aquí los clasifico
(dibujo tomado de aquí)
El chabacano: (También llamado "de Banqueta") Típico es verlos en marchas de protesta y engendrando utopías violentas para, según ellos, «cambiar las cosas». Siempre haciendo suyas frases y creencias de otros. La mayoría son hippiosos y se les ve reunidos en plazas estilo Coyoacán usando frases de «el populacho» y criticando «el sistema». Son estúpidos a causa de tanta mariguana, la cual también les causa un estrabismo mental y un chovinismo hostil que les impide apreciar otras cosas que no sean nacionales u autóctonas (aman los tambores y la música autóctona). Son necios como piedras y la típica respuesta para alguien que tiene una opinión distinta a ellos es: "la t.v te lavó el cerebro, lee más y cultívate." Pobres pendejos.
El fresa: Un poquito más tolerables, se les ve frecuentando galerías de arte, muestras de cine internacional e independiente , ferias del libro, lugares alternativos, etc. Y a pesar de que no son tan arrogantes, merecen el calificativo de seudo que los diferencie de una persona culta respetable, porque simplemente son idiotas.
El jactancioso: De estos abundan en los blogs, mucho cuidado. El tipo pondera a los libros como si se trataran de un vellocino dorado. Se la pasa citando autores y se refiere a ellos con recelo y como si fueran sus amigos o les tuviese harta familiaridad. Ej: "¡Cómo te atreves a citar al buen Maquiavelo, Falso Profeta! Aprovechan cualquier momento para dar indicios de que leen mucho y de que son muy inteligentes. La mayoría son nerds con gafas, se toman fotografías artísticas con «un significado intrínseco», se sienten amenazados cuando alguien tiene más talento que ellos, y, a pesar de sus esfuerzos y sus libros de ejercicios mentales de MENSA, su coeficiente intelectual sigue siendo ordinario, jajaja, ¡saludos a todos los que tienen un IQ promedio!
El advenedizo: El advenedizo figura entre la clase más alta de los seudointelectuales y no cabe en el grupo de intelectuales reales por una simple cosa: falta de chispa o de genialidad. Son los infiltrados dentro de grupos elitistas de gente harto cultivada y del gremio intelectual nacional, debido a que le lamen el trasero tullido a los grandes y adulan con fluidez todo tipo de obras ajenas, lo que los hace totalmente necesarios en tales cofradías. Publican dos o tres libros u obras que, hasta tuvieron que regalarlas, y muchas veces terminan llenándose de plomo la cabeza.
Todos ellos escasean de «aquella inteligencia extra» y viven en constante lucha y frustración por ser como los que si la poseen o por acomodarse en el grupo de ellos, y cuando realmente quieran insultarlos les pueden llamar "intelectual de Starbucks". En mi vida zafia y rudimentaria he conocido a dos o tres verdaderos genios y ninguno de ellos se comporta de manera ostentosa, si no que, al contrario, son muy humildes. Me gusta la actitud de G.G Márquez, siempre callado y observante, con esa media sonrisa de chingón; todo mientras los demás farfullan por todas partes con palabras rebuscadas compitiendo por la notoriedad de ideas. Estoy segurísisisisimo de que él muy en el fondo se dice así mismo: "me pelan la verga".
(siempre me he preguntado cómo reaccionaria un García Márquez o un Monsiváis si algún día llegase yo a hablarles con acento de negro rapero y les dijera puras pendejadas: "Jo, jo! G.G.M, my nigga is in tha mothafaka house... what up baby?... jo! Carlitos M, where the bitches at, dog?"; seguro me patearían los huevos).
En fin, estoy harto de todos esos maricones que se creen muy cultos o muy inteligentes y nos ven mal a las personas sencillas que nos la pasamos platicando estupideces graciosas o
Todos ellos pueden irle a chupar las bolas a su genio de preferencia. Sobre todo los clientes pretenciosos de Starbucks. No puede haber lugar más pretencioso que un Starbucks. Si googlean la palabra "pretencioso", lo primerito que aparece en las imágenes es una persona leyendo en un Starbucks. Ni siquiera se debería de llamar así, se debería de llamar "mercado de café producto de años de estudios de mercadotecnia donde va gente que sobrestima su inteligencia y que hace emulación a la serie «friends»".
¿Saben qué es lo único más pretencioso que un Starbucks?
R= ¡DOS STARBUCKS!
¿Y saben qué es lo único más pretencioso que dos Starbucks juntos?
...¡USTEDES!
Post patrocinado por Café Doña Juana, siempre tenemos vasos limpios.