En el ciber-café que acudía, atendía un tipo chaparrón, prieto, de complexión robusta y corte estilo "paquita la del barrio". Usaba camisatas pegaditas y ademanes afeminados para expresarse; y estaba tomando hormonas
—creo
— porque le estaban apareciendo senos y tenía una voz anormal como de mujer; putísimo.
Cuando terminé de usar la máquina, le debía $9pesos y le pagué con una moneda de $10. Al momento de regresarme mi dinero el tipo soltó la moneda intencionadamente, y dijo:
—¡Aaaaaaaaaaaayyy, se me cayó tu cambio, ahorita te lo doy!
Exclamó con esa voz de tremendo mariconazo, al momento en que volteó su cuerpo, dándome la espalda, y se agachó lentamente para recoger la moneda sacando las nalgas y poniéndolas a la altura de mi pene, por lo que reaccioné violentamente...
—¡Nooo mamesss! ¡Cómo puedes ser tan puuutoooo, cabróonn"·%"·&!!!!!!!!!
(Bueno, eso último lo inventé; pero lo de los senos y la voz de mujer sí es cierto, ¡lo juro!)
En fin, todo eso me hizo preguntarme si en realidad existen los gays (putos) o solamente son ilusiones producto de nuestra imaginación o de la histeria colectiva, y sea o no sea de este modo, entonces: ¿Qué son los putos? ¿Cómo viven? ¿Cuáles son sus costumbres? ¿Qué comen? ¿De qué está compuesto su cuerpo? ¿Son vertebrados o invertebrados? ¿Cómo deciden quién se coge a quién? ¿Cómo le hacen para comunicarse con otros putos? ¿Existen bebidas energéticas para putos?
Pero todas mis interrogantes no podrían ser resueltas buscando en la computadora. Tenía yo que adentrarme al verdadero mundo de los putos. El único sitio en donde todos los habitantes son putos; donde los automóviles y las casas tienen forma de penes, y en las calles se escucha música de los Village People; donde la policía usa uniforme rosa y a los delincuentes que caen a la cárcel se les ignora como castigo, en vez de cogérselos.... a sí es, me refiero a Ciudad Plutónida, el paraíso de los putos.
Sabía que Ciudad Plutónida me daría la respuesta. Pero antes de infiltrarme tenía yo que vestir como un puto para que no sospecharan, y al no saber qué usar, una voz celestial me dijo:
"usa una bufanda", pues todos sabemos que los hombres que usan bufanda, son putos. Quizá los que las usan no sean conscientes de ello, pero muy, muy en el fondo, son putos; porque... ¿qué sigue luego de la bufanda? ¿minifalda? ¿zapatillas? Y no lo digo yo solamente, lo dijo Jesús en la biblia cuando mató a Jacob:
"no uséis bufanda o seréis juzgado como puto"
El emblema de la putería en mi cuello sería la llave que abriría la puerta al reino de los putos.
Pedí entonces una entrevista con el príncipe de los putos. "Palacio de la putería 9:00 PM" decía la nota. El palacio estaba situado en la cima de la montaña más alta. Subí 409 escalones, me puse mi bufanda y entré al palacio de los putos. La decoración era fastuosa y elegantísima, penes labrados en oro, plata y bronce por todos lados. Los sirvientes usaban tangas atigradas y una especie de máscara de cuero negra. Yo dije: "¡alaverga!", y me robé unas cucharas de plata que vi mal puestas.
El momento llegó y por fín pude entrevistarme con Ajalandro Ricco, el príncipe de los putos, quien vestía unas enormes alas muy brillantes de mariposa y mantenía una flor roja entre sus labios. A su lado permanecía un negro desnudo de dos metros quien le echaba aire y otro más que le daba un suave masaje con aceites aromáticos.
Me dijo de la manera más puta del mundo:
—Hooooola mushashoooo... ¿Cómo estás?
Yo me quedé perplejo ante putería tan majestuosa y luego de hacer las reverencias pertinentes y de presentarme, osado le pregunté el por qué un hombre se vuelve puto:
—Oh, gran príncipe de la putería, señor y amo de las prácticas sodomitas, omnisapiente Rey de los Putos, por favor dígame, explíqueme, el por qué de los hombres que se vuelven putos.
Tomo un largo respiro y comenzó a ilustrarme con leyendas de la antigüedad, sobre el primer líder espiritual de los putos y sobre todo lo acontecido en generaciones de putos; luego cambió a la historia por una explicación anatómica más clara que acá les pongo:
"Al introducir un objeto alargado delicadamente en el ano como un pene, un consolador o un dedo, se puede llegar hasta donde se encuentra la próstata, una glándula que produce un líquido que contiene el semen (mécos), y que tiene innumerables terminaciones nerviosas que al ser estimuladas, responden al estímulo con una erección casi instantánea.
Es a lo que comúnmente se conoce como punto G masculino, que al ser estimulado por los roces de la penetración, produce un excitación extra añadida al estímulo del pene ya sea por masturbación o felación, por lo que la sensación y el placer que se experimentan son de mayor intensidad y provocan un orgasmo de mayor magnitud, convirtiendo al hombre que por primera vez experimenta el sexo homosexual, en puto."
El príncipe de los putos me explicó detalladamente haciendo uso de ademanes muy muy gráficos y homoeróticos, y me dijo:
—Por eso es que nos encanta que nos metan la verga...
¡Puta! Yo me quedé en shock, no mames, mis pies comenzaron a temblar y rápidamente me anticipé con una pregunta tonta a una inminente ejemplificación del punto G con mi persona ejecutada por el negrón de 2 metros que se encontraba al lado...
—O-oiga, oh príncipe, y ¿cómo es que se clasifican los putos?— Le dije, y me respondió algo así:
Clasificación de los putos:
Puto: El puto convencional de siempre. Si él no te dijera que es puto, tú jamás lo notarías pues es alguien tan normal que lo único que le distingue de los otros hombres es su preferencia a la hora de revolver los frijoles. Dentro de ésta familia de putos se encuentran los putos de closet y los bi-cicletos...
Putito: Delicaditos, cursis y tímidos, les gusta vestir colores primaverales y del arcoiris. Son los mejores amigos de la mujer, pues saben interpretar muy bien sus sentimientos y escucharlas. Son delgados y frágiles, y pésimos para la actividad deportiva pues lo consideran ruda.
Putazo: Una clase de puto más notable por sus puterías. Son aquellos que saben muy bien mover el bote, les encanta bailar, se desviven a cada movimiento apasionadamente. En cada fiesta son los primeros en poner el ambiente y siempre terminan haciéndose amigos de las mujeres más guapas de la escuela.
Putote: Los putotes son hombres robustos y velludos, fáciles de identificar por su manera de vestir con prendas de oro y plata gigantescas, parecen ser muy hombres pero basta con escucharlos hablar o verlos contonearse para darse cuenta que son putotes. Entre ésta clase de putos podemos encontrar al clásico ranchero machote bigotón cuya bebida favorita podría ser el tequila pero en realidad es el arróz con popote.
Putotote: Las llamadas “perras”, “divas” o “lobas” tienen el mayor poder de putería de todos los demás grupos. Son las drag queens, les encanta vestirse como mujer, y bailar y cantar y hacer de sus plumas una fiesta. Entre más “tos” se le agreguen al “putotote”, más puto es el personaje. Son las reinas de la noche y de los shows de contenido diferente y exótico.
*Se puede apreciar que la intensidad de la putería es proporcional a la cantidad de trapos y de maquillaje que usan al vestir y al alargamiento de sus frases en las vocales, ej: ¡Hoooooolaaa manaaaaaaaaaaaaa! Yuhu-yuuuu-huuuuuuuuu.*
Luego de explicarme esto, el príncipe de los putos hizo una señal con los ojos a sus guardias y dos de ellos bloquearon las salidas, luego hizo otra señal más y uno de sus sirvientes negros me tomó de los hombros y empezó a masajearme suavemente.
—Ahora que ya sabes todo sobre nosotros... ¡bienvenido a nuestro club muchachoteeeee! –me dijo el príncipe
¡Noooo mamesss! No sé cómo le hice pero logré zafarme de las manos del sirviente negro y rápidamente salté hacia una ventana rompiendo los cristales con la frente y cayendo unos 5 metros hacia unos arbustos. Logré escapar a salvo con terribles heridas en la cara pero preferí la sangre en el rostro que en el ano.
* * *
En fin, quizá a éste escrito se le note un sentido homofóbico pero no es así. Y más si es escrito por mí, el iniciador y líder del movimiento de los hombres bien hombres; alguien tan tan hombre que incluso se dice equivocadamente que su mamá es hombre.
Pero no, yo no odio a los putos. De hecho, estoy a favor de la putería, es más, me conviene y me agrada la putería; me agrada que los hombres sean putos; desearía que aquél que se llamara José y leyera esto se volviera puto, desearía que todos los hombres del mundo se volvieran putos.
¿Por qué?
a) Somos muchos en el mundo, el sexo entre putos es buen control de natalidad. A mi me caga la gente.
b) Entre más putos allá, más mujeres para mí, y entre mayor sea la oferta menor las exigencias de las mujeres.
Una actitud homofóbica en éstos tiempos resulta totalmente estúpida. Entonces no he decir más que: Déjense de pendejadas y...
¡Arriba la putería chicoss!
...
...
¡Pero de ustedes!