De vez en cuando me gusta hacer algunos negocios en Internet que me generen un poco de dinero para comprar mi delicioso elixir de dioses llamado licor y alguna otra cosilla.
Por ejemplo, Pável era dueño de una página de pornografía amateur hace algunos años. La actualizaba con frecuencia, y tenía miles de visitantes de toda Latinoamérica. Lo hacía como un hobbie y de manera anónima, pero cierto día yo lo atrapé cuando até los cabos de algunos vínculos sospechosos entre Pável y el autor de la página pornográfica. Descubrí que el mismo PÁVEL era el misterioso "Pepe" que publicaba todo ese MATERIAL PORNOGRÁFICO AMATEUR que le enviaban sus visitantes. Entonces pedí a PÁVEL que me vendiera o regalara su PÁGINA PORNOGRÁFICA, y como él ya ni siquiera le prestaba atención (porque cambió de preferencias sexuales y no le interesaba tener un blog de mujeres desnudas [jaja, esto último es solo una especulación mía]), me la vendió en 800 pesos.
Tardé meses en encontrar un comprador de la antigua página de pornografía de la cual era dueño Pável. Mientras tanto quería generar algo de dinero con anuncios para adultos, pero descubrí que son pagados mucho más baratos que los anuncios como los de Google Adsense, por ejemplo. Entonces, considerando el esfuerzo que hacía para mantener actualizada la página y la rentabilidad de la misma, decidí que no valía la pena dedicarle más de mi tiempo.
Sin embargo, no encontraba comprador, y mientras tanto tenía que actualizar. La verdad pensé que sería divertido administrar una página porno, a mí me gusta la pornografía; pero caí en cuenta de la diferencia estética entre la pornografía profesional, la pornografía amateur y la pornografía realmente amateur (¡la especialidad de Pável!). No todo el porno heterosexual es bueno. Existe el mal porno. Malos y malas modelos, malas posiciones, muy malos ángulos, zoom hasta lo orgánico, junglas de pelos en donde no debería haber tantos pelos, pitos pequeños, carnes extras, tetas caídas como de perra que recién parió (las llamadas calcetas llenas de canicas), forúnculos, fluidos vaginales coagulados, brillo esmegmático innecesario y lo peor de todo: calcetines negros que no se quitan los actores. (¡Y uno que piensa que la gente fea no tiene sexo! Cuán equivocado estaba respecto a ustedes.) Aunque obviamente había las buenas excepciones.
Total que mi etapa como administrador de una página pornográfica fue dificultosa. Yo no tenía el carisma ni la creatividad de Pável para hacer esos comentarios tan sucios que acompañaban al material visual. Me cuesta trabajo decir cosas lindas e interesarme por la gente. No porque sea yo petulante o envidioso, sino porque no nací con esa calidez y empatía que la mayoría de las personas tiene; aunque puedo fingirlo muy bien; pero, como digo: pretender puede ser extenuante.
En lo que sí fui superior a Pável como administrador de una página pornográfica fue en el aspecto de cuidarme el pellejo. Desde el primer día me previne de los filos de la legalidad y puse una advertencia que decía que todo material enviado era responsabilidad de quien lo enviaba, y los hacía aceptar un "contrato" en donde confirmaban ser los dueños del material y que otorgaban el permiso para publicarlo (sin duda alguna, una tara en el sistema legal del que se aprovechan algunos vivales como yo. Internet aún es el Viejo Oeste). Aunque francamente recibí solo algunas quejas y peticiones para remover fotos o videos apócrifos, lo cual hacía al instante, y por ello nunca trascendieron a amenazas o advertencias.
Unos meses más tarde me cansé; estaba harto de tener que actualizar constantemente dos páginas (ésta y la porno). Tenía que decidirme por una y, como estaba desesperado, la vendí a un precio poco conveniente para mí. El comprador fue algún empresario dueño de una agencia de escorts. Al parecer abocó una buena parte de los visitantes hacia su negocio, se puso las pilas como entrepreneur y ahora está llenando con su negocio el nicho disponible en Internet.
¡Maldito!, ¡tiene dinero y putas! Muy buenas putas, por cierto. Venezolanas, argentinas, brasileñas... Hoy entré a su sitio web y vi que hay unas escorts de ¡nooooo mamesss! ¡¿Cómo puedes trabajar en eso teniendo ese rostro y ese cuerpo?! Ahí es cuando uno a veces piensa: yo sí la sacaría de trabajar en eso. Pero, adivina qué, compa... lo más seguro es que ellas ganen más plata que tú y que yo. No creo que tengan mucha necesidad de un caballero del renacimiento que vaya a rescatarlas, bese su mano y cubra su cuerpo semidesnudo con su capa, para después sacarla del putero cargándola en sus brazos y con destino hacia un nuevo comienzo, donde ella ya no es llamada Natasha, o Zafiro, o Dinora, o Kassandra, o Déborah, etc, etc. Si ellas siguen allí es porque les gusta la polla y el dinero.
Supongo que sí hay casos en donde llega un galán y "rescata" a la mujer de esos lugares. Esos casos me gustaría estudiarlos, porque estoy obsesionado con saber la verdad detrás de todo y me encanta entrometerme en la vida de los demás. También me gustaría tener un negocio así... de putas. Pero creo que una mujer como la que busco no se fijaría en un hombre que fuera dueño de un lugar de putas, y qué tipo de negociante vende su mercancía sin conocerla. No lo sé, esta vida es impredecible. Posiblemente Pável no está limitado al tema de la gestión de pornografía virtual amateur, y sabe sobre cabarets, escorts y demás. Le preguntaré.