Anécdotas

¡Uuff, pero qué grandiosa CORRIDA tuve esta noche!

Total que camino de vuelta a casa después de tener otra sublime CORRIDA nocturna de 45 minutos (por cierto, qué fantásticas CORRIDAS he tenido últimamente; enormes, intensísimas y muy satisfactorias CORRIDAS de 30 min. en promedio que efectúo en un parque conocido como Los Lagos; pues le estoy tomando un gusto enorme al CORRERME ese parque) y en la mera esquina que dobla hacia mi hogar advierto que hay tres soldados repegados a la pared y asomando su M-16 y su cabeza hacia la calle donde vivo. Entonces me detengo de golpe, trago saliva, abro los ojos un poco como si quisiera desengañarme de lo que veo, y digo: “¡puta! esta chingadera va a tronar en cualquier momento”, de manera que doy media vuelta y fuga para rodear y llegar a mi casa por la calle paralela, pero no me eché a correr porque me visualicé a mí mismo como el personaje de Pelotón.

Y efectivamente, para mi fortuna no había soldados en la esquina opuesta, no corría yo tanto peligro de encontrarme en medio del fuego cruzado, por lo que me sentí más seguro de caminar hacia mi casa, donde sí había soldados afuera, mas no parecía que estuvieran en posición de combate, sino más bien como manteniendo un perímetro, pues el asunto era unas casas un poco más allá.

No había nadie en la calle excepto los del ejército que, sin exagerar, debieron ser entre cincuenta y setenta elementos. Mientras caminaba hacia ellos, en las ventanas de las casas vecinas solamente se percibían algunas sombras fugases que dejaban caer el visillo esporádicamente y algunos curiosos asomados cuidadosamente desde el balcón. Yo era el único idiota caminando hacia allá con todo el descaro del mundo, pero, ¡carajo!, tenía que llegar a mi casa para descansar de mi corrida y ver si en las noticias estaban transmitiendo en vivo lo que sucedía justo afuera de mi casa. ¿Comprenden la belleza de esta paradoja? Me urgía llegar.

Caminé tranquilamente y por enmedio de la calle para no parecer sospechoso ante los soldados. Yo me imagino su estrés, y al igual que ellos, yo también estaría paranoico sospechando de cualquier cosa. Quería que ellos me vieran, que supieran que estoy inerme y que mi único fusil es el de mi entrepierna (aunque minimizado en esos momentos); y cuando estaba casi en la entrada de mi hogar, se me cerraron dos militares levantando un poco su arma como para prohibirme seguir; así fue que solamente dije, con una enorme sonrisa de idiota: “¡Buenas!  Solo voy a entrar a mi casa, jejeje”.

“Pásale”, me dijo amablemente el muchacho señalando mi refugio con su cabeza. Lo primero que hice al entrar fue echar la llave, alertar a todos para que no salieran, cerrar toda ventana o puerta del segundo piso (en caso de que algún fugitivo irrumpiera saltándose las azoteas) y, posteriormente, llamar a mi vecino para que hiciera lo mismo.

Mi muy idiota vecino, según me contó hace un rato, salió aprisa y muy chingón, con su torso desnudo, para ver lo que ocurría afuera, pero sucedió que los soldados me le van poniendo una cagada tremenda; le alzaron la voz y le dijeron que se quedara quieto porque le harían una inspección de rutina… y cómo me hubiera gustado mirar sus ojos cuando los soldados le apuntaron con el arma.

Por mi parte, yo me quedé en la sala esperando la primera detonación y la subsecuente lluvia de fuego y más explosiones; pero pasó el tiempo y nada de esto ocurría. Me dio tiempo, pues, de entrar a Facebook para comentar lo que sucedía y hasta me puse a ver el juego de la NBA; no obstante, nada.

Transcurrió tal vez media hora, y al fin se escuchó un estruendo inusual; el de un motor muy grande al encenderse. Me acerqué cuidadosamente a la ventana del balcón y vi pasar dos enormes camiones blindados repletos de soldados, con unos cuantos centinelas en la parte delantera sujetando una especie de gatling. Se habían marchado.

Debo de reconocer que sentí más pena que alivio cuando se fueron. Me hubiera gustado ser testigo de una balacera entre narcos contra militares, nutrir esa necesidad de morbo y adrenalina que muchos tenemos, y contar a ustedes y a mis amigos una emocionante historia. Pero ahora que lo pienso bien, preferiría que no sucediera algo así a unos cuantos metros de donde les escribo. Pienso en la posibilidad de que algún sicario-basura matara a un soldado honrado, a un mexicano valioso; probablemente aquél veinteañero amable que me remitió a mi casa horas antes. Recordaría su cara, recordaría su voz y probablemente hasta recordaría su sangre y el olor de la pólvora quemada. Hubiera sido una incomodidad vitalicia llevarme un mal recuerdo de alguien que solo trataba de hacer su trabajo al proteger a la gente.

Por eso me da coraje que los pendejos congresistas se autoregalen Ipads, teléfonos celulares de nueva generación para el chofer y cuanto exceso se les ocurra, gastando así miles de millones de pesos en ellos; cuando la realidad es que están muy pero muy lejos de merecerlo, y en cambio los soldados, que trabajan y dan resultados, al menos los de estos rumbos, merecen un presupuesto mucho más elevado. Los otros ratas se merecen un escupitajo en la cara, todo el repudio del pueblo y, por qué no, un poco de la adversidad que ellos mismos nos propiciaron.

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14 Comentarios

  1. Carlos Mal

    24 mayo, 2011 en 15:13

    Corridas. ¡Hihihihihi!

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  2. Anonymous

    24 mayo, 2011 en 15:51

    los militares son perros entrenados igual que los sicarios, sin mente ni inciativa propia, bueno eso pienso yo
    si les ordenaran disparar a cualquiera que se mueva ellos lo tienen que hacer porque ellos obedecen solamente, y alguien que solo vive de obedecer no puede ser considerado un ser humano, sino un perro entrenado, por eso muchos de los que ahora son sicarios fueron antes militares, son gente retrograda

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  3. Anonymous

    24 mayo, 2011 en 16:15

    Falso Mitomano, yo vivo por el rumbo de los Lagos y ninguno de los vecinos supo del operativo que mencionas, quiza fue solo un sueño como el de los simios.

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  4. Anonymous

    24 mayo, 2011 en 17:05

    Simon, andan haciendo operativos por lo ocurrido con los supuestos “asaltantes” de Xico, los andan buscando. Mi hermano me conto que van a seguir asi y no me extrañaria que los volvieras a ver. Tambien aca en Verachas andan al tiro, antier hubo otra balacera, namas que en ningun medio hablaron de eso.

    buen post

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  5. Anonymous

    24 mayo, 2011 en 17:13

    Al pendejo primer anónimo de arriba, no se putas tienes en la cabeza, pero aunque sirven ordenes, tienen sentido común, e igual que tu tienen familias. Cumplen ordenes con la esperanza de que sus comandantes saben lo que hacen y se juegan muchas veces la vida haciéndolo. Así es la cadena de mando. Son el último frente en este pedo, la realidad es que si no medio mantuvieran el orden, todo estaría más del carajo, te lo garantizo. Así que mas respeto y no generalices.

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  6. Megah

    24 mayo, 2011 en 19:50

    Yo vivo frente a Los Lagos, tons cuándo unas chelas?

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  7. Marce C.

    24 mayo, 2011 en 20:47

    Hola Falso vigorexico :D
    tu post me recuerda a la vida diaria de donde soy yo, de Durango, con decirte que el CERESO de mi ciudad esta aproximadamente a 5 minutos a pie de donde laboro y practicamente 1 o 2 veces por semana hay balacera, nos ha tocado la balacera en la esquina del blvd donde termina la calle y todos los dias es salir con miedo de lo que este pasando por aqui cerca… Y creeras que nos dicen que nos tranquilizemos que no pasa nada? Son chingaderas la verdad… Que miedo la verdad que te pasen las cosas tan cerca de tu casa, espero y nunca te toque nada de eso otra vez sino no tendre en que entretenerme en mis horas de ocio jajaja :p

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  8. Reuter

    24 mayo, 2011 en 21:23

    También hay miles (subrayo) miles, de denuncias contra los militares, y también realizan “levantones” y robos y si fueran tan honorables ¿Por qué hay tanto militar en las filas del narco?

    Por supuesto que no quiero generalizar, y hay dignos militares (aunque muchos de los valiosos desertan) que realizan bien su labor y otros tantos que han caído en combate, pero pensar que los militares son los buenos de la historia es una fantasía.

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  9. Mutantita

    25 mayo, 2011 en 0:13

    Falso que emocion aunque tienes razon hubiera sido una pena ver a alguien morir. saludos al vecino

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  10. sor raimunda

    25 mayo, 2011 en 3:21

    reuter o como te llames, habria que ver si esos “soldados” levantadores deveras lo son, falso ya veo que los cojones solo te sirven para poblar urano de una corrida!!

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  11. Una Guadalupe.

    25 mayo, 2011 en 7:31

    Hola Falso, soy mexicana, pero ya llevo un tiempo viviendo en España,a lo que voy es que me da gusto que te pegues esas corridas tan satisfactorias xD

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  12. José Eduardo

    25 mayo, 2011 en 7:35

    Bien es cierto que cuando un soldado detecta el peligro entra en un modo de agresividad intenso, pero ellos para nada se parecen a un narco: el narco es una persona que no valora para nada su vida y por dinero y una vida facil quita vidas, siembra el terror y destruye todo lo que está a su paso, mientras que un soldado a cambio de un sueldo insuficiente y con esperanzas de mejorarse a sí mismo (porque muchos entran con una escolaridad mínima y dentro del cuerpo militar se completa su educación, además de que encaminan su talento natural a un SERVICIO AL PAÍS) desde antes que despunta el alba ponen en orden desde el más mínimo aspecto de su persona hasta su rendimiento como ser humano y salen a las calles, a los campos y a las carreteras a jugarse la vida con tal de librar a NUESTRO PAÍS de criminales que nos tienen como sus meretrices complacientes.
    NO, LOS NARCOS Y LOS SOLDADOS NO SON LA MISMA COSA. Y MENOS SOMOS NOSOTROS QUIENES PARA CRITICARLOS O FALTARLES EL RESPETO.

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  13. Mane

    25 mayo, 2011 en 16:00

    He tenido la oportunidad de ver a varios reclutas cuando los llevan al regimiento para ver si son aptos. Los cuales, en su mayoria, son niños de 15 años de la sierra de Oaxaca donde, segun su dicho la unica oportunidad de tener algun tipo de “empleo” es que los acepten en el ejercito. ¿Llamarias a eso vocacion?

    P.D. Me sigue cagando tu verificacion. HLMDP

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  14. Anonymous

    25 mayo, 2011 en 21:36

    que bueno que vacies la perolas de vez en cuando… pero no seas ojete como que en un parquueeeeee jajajajajajaja, tal vez en una auto o no se en algun recobeco menos expuesto, por otro lado sin albur, que bueno que haya soldados en las calles es preferible que haya quien persiga a esos hijos de su puta madre nacos- sicarios-traidores de la patria a que anden a sus anchas extorsionando y matando gente, ojala que a todos pero a todos se los cargue su puta madre y pronto, saludos sigue asi mijo.

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