¿A KiEEn pReFiErEz a EdWard o A JaCob? – Apuntes literarios sobre Crepúsculo

El fin de semana lo pasé haciendo mi propio análisis de mercado para saber qué prefiere leer la gente en estos días, y revisé una lista sobre los libros más vendidos del mundo, dentro de los cuales se encuentran los Harry Potters, los de J.R.R. Tolkien, los de Paulo Coelho, los de Dan Brown y los de Stephenie Meyer.Yo nunca he leído un libro de esos autores. De Tolkien no fue necesario, porque antes vi las películas y ya sabía en qué terminaba la historia. Con J.K Rowling, la autora de Harry Potter, me pasó lo mismo. E igualmente me ocurrió con Dan Brown. Sin embargo, basándome en los argumentos de sus novelas y en la opinión de algunas personas, creo que ellos están en la cima porque lo merecen.

Aunque no sé si decir lo mismo de los otros. De Paulo Coelho, su Alquimista me hostigó incluso antes de que yo refinara mi criterio para distinguir la buena literatura de la mala, y además descubrí vergonzosamente que es un repelente de mujeres cultas. De Stephenie Meyer, ni se mencione. Si declarara abiertamente que me gustan sus libros —“ahorita ya me estuvieras asicatando a madrazos, ¿o no, padre?”—, seguramente me empezarían a llegar invitaciones de otros hombres para reunirme con ellos en la caliente privacidad de unos baños de vapor.

Pero yo quería saber si ese prejuicio contra los libros de Stephenie Meyer surgieron de la propaganda de literatos envidiosos y sin futuro o si en verdad su contenido merece todos los tomatazos; además quería saber por qué es tan ridículamente famosa; y por eso fue que —glup— vi las películas y también leí partes del primer y el tercer libro muuuuy someramente. Llámenme maricón o idiota por haber desperdiciado mi fin de semana así en vez de dando mantenimiento a mi colección de armas medievales, pero al menos obtuve mi respuesta. Puedo lidiar con sus burlas.

 

Reseña objetiva sobre la saga de CrepúsCULO

Total que la idea surgió porque estaban pasando la película en Golden Choice. A los pocos minutos de verla ya había encontrado una razón GIGANTESCA para cambiar de canal y vomitar mi Pingüino Marinela.

Para ser más preciso me refiero a esta escena:

¡Puaj! Ese es el gran error en el que caen el 99.95% de las películas de vampiros. ¿Por qué puCpta madre en TODAS las escenas de pelea tienen que poner a los vampiros en una posición de combate afectadísima y ridícula?

¡Qué idiotez! Parece que están en una obra de Kats. Eso no se ve “cool” en una película; se ve estúpido. Y gay. Se supone que es una pelea con sangre, no un chingado TvNotas edición de Halloween.

Pero, está bien; se la perdoné porque quería saber el quid de su éxito, y rápidamente lo descubrí:

Hombres sin camiseta que recitan poesía.

TRAMA DEL PRIMER LIBRO/PELÍCULA

• Una adolescente llamada Bella se cambia de escuela y conoce al tipo más guapo de allí, que resulta ser un vampiro bien educado llamado Edward, que toca a Debussy y recita a Shakespeare de memoria. Se enamoran a primera vista.
• El vampiro salva a Bella de un accidente con su súper fuerza.
• Empieza una larguísima rutina de “te amo, chocolatito”, “y yo te amo a ti, caramelito”, “yo te amo más, mi príncipe encantado”, “no, yo te amo más a ti, mi reina de la eternidad”, y así sucesivamente, hasta que Stephenie Meyer recuerda que, generalmente, las novelas suelen tener una trama y un desenlace, así que repentinamente aparecen otros vampiros que quieren matar a Bella nada más por sus huevos.

Me queda claro ahora. Stephenie Meyer es una experta en humedecer vaginas de adolescentes. Me imagino que los cines terminaban igual de mojados que como termina un concierto de Luis Miguel en verano.
En su obra hace una combinación de un hombre perfecto —según su libro—, ultra guapísimo, educado y rico; con un poder físico de súper héroe, pero sin dejar de ser un chico sensible y vulnerable; que respeta a las mujeres y que les habla suavemente al oído, y que dentro de sus palabras recurrentes están: “amor, necesidad, eternidad, suspiro, oscuridad y sufrimiento”. A parte de que se niega a cogerse a Bella con una excusa sumamente gay e inverosímil como “ayyshhh, no quiero hacerlo contigo porque temo lastimarte” ¡Pff!  Matador, eso no se perdona. Obviamente cualquier niña de 15 años se va a enamorar de él. Pero, crueles noticias para ustedes, niñas: esos tipos NO existen, y si existen, prefieren chupar otra cosa que NO es precisamente sangre.

Y en la segunda parte estas sondas subliminales para estimular la dopamina en las mujeres se intensifican aún más.

El tipo, Jacob, a todos lados va sin camiseta mostrando su abdómen o aprovecha cualquier excusa para quitársela. En una escena, Bella se golpea la frente, y le brotan unas gotitas de sangre. El hombre lobo rápidamente se quita la camiseta para mostrar sus músculos y la toma en sus brazos. ¡Jaja, no seaaaaas mamón, cabrón, son unas gotitas! ( yo también lo pienso hacer un día con alguna mujer, nada más por puto payaso; incluso hasta me compré un Ab Rocket… que resultó ser una mierda. No lo compren)

En resumen, la historia no puede ser tan mala como algunos dicen, porque de lo contrario no sería tan exitosa. Tiene el formato literario clásico de un amor juvenil sublimado que lleva a los amantes al frenesí, como en Romeo y Julieta, y además presenta un triángulo amoroso cuya incógnita por saber quién será el elegido despierta un morbo casi indefectible.

También tiene algunos intrincamientos creativos. Por ejemplo, escribe un conflicto en el cual, si Edward convierte a Bella en vampiro, eso rompería el pacto entre lobos y vampiros de no atacar humanos, y comenzaría una guerra entre ambas especies. Pero en general es una historia completamente lineal, sin grandes riquezas literarias, superficial (solo le faltó poner una escena donde van de shopping, oh, esperen, sí la hay) y llena de contradicciones y de soluciones sacadas del culo. Personajes cambian de personalidad en un instante sin circunstancias que los obliguen, y las explicaciones a ciertas inconsistencias son dadas a razón de hechizos o de poderes; por ejemplo, algo como: “y entonces él pudo saber que los lobos se aproximaban, porque, ¿ya mencioné que el tenía el poder de ver el futuro? ¡pues lo tenía!”

Lo más creativo de la historia es el final; aunque también es lo más ridículo. Hagan de cuenta que Bella tiene un hijo con Edward, mitad humano-mitad vampiro, que le provoca la muerte. Los hombres lobo creen que esta aberración representa un grave peligro para su especie, así que deciden matar a la bebé; pero Jacob, el lobo, destrozado por la muerte de Bella, y que hasta hace unos minutos estaba enamorado de ella, quiere matar a la bebé; pero al mirarla a los ojos y tener una epifanía de la niña en el futuro, queda impreso en ella, lo que en la novela es algo como quedar flechado con alguien para siempre…

O sea, para que su personaje, Jacob, no se quedara solito y poder completar un final feliz, Stephenie Meyer lo junta con alguien… ¡con una BEBÉ de varias horas de edad!

¡Maldito bebé! ¡Por su culpa murió Bella… lo mataré!

Allí está, míralo… respirando mientras mi amada Bella murió por su culpa

¿Uh?… pero q-qué…

Me está m-mirando…

Es tan…

¡Dios mío, pero qué pedazo de culo!

Así es. Al final, Jacob se queda con la hija de Bella y Bella se casa con el vampiro. El mundo de los vampiros es aún más enfermizo que un programa de Laura o de Maury.

He ahí un punto clave para diferenciar la literatura fantástica inteligente de la tonta. En la inteligente, se establecen leyes físicas inviolables desde un principio (aunque sean distintas a las de nuestro mundo real), y el autor se esfuerza para que los conflictos se resuelvan conforme a estas leyes. En la tonta, son las leyes las que se modifican para resolver los conflictos y sacar del apuro al escritor o escritora.

Estúpida o no la historia, Stephenie Meyer seguramente se caga en las críticas de todo el mundo literario y nada en su piscina repleta de dólares. Y también es seguro que en un año o dos saque más libros, y que estos sean aún más exitosos que los anteriores. Al menos hay que reconocer que la mujer tiene talento de sobra para explotar la falta de lectura a nivel mundial.

Me pregunto qué será del oficio de los escritores en unos quince años con todo esto, Youtube y los lectores de libros. Mi opinión es que quienes quieran vivir de sus libros deben de apostar por escribir historias adaptables a películas o videojuegos, o ser muy muy buenos en lo que hacen… ¡o escribir cosas como PRESIDIO, la revista favorita de Falso Profeta!

La coca un poco adulterada

¡Ka-me-ha-me-haaaaaaaaaa!

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Wtf! ¿Le disparó un bazucazo en la vagina?

Jajaja, lo siento. Es que me encontré un tesoro gigantesco con portadas de Presidio, un tesoro chingón y machista. Después se los comparto.

P.D. Esta entrada puede contener algunos espoilers.