Psicohistoria (semana nerd en Falso Profeta)

Uno de los libros que más me ha gustado y que les recomiendo ampliamente (especialmente si quieren comprender este post), es el de Fundación e Imperio, de Isaac Asimov. Lo leí hace unos cuatro meses y con vergüenza digo que éste fue el primer libro de ciencia ficción que leí en mi vida. Demasiado tarde para leer un libro de Ci-Fi.

Mi negación a leer algo de este género radicaba en el prejuicio de haber asociado el término “ciencia ficción” con la palabra “nerd” o con un sótano lleno de personas solitarias disfrazadas de personajes de Star Trek jugando World of Warcraft; y siendo yo uno de los más grandes vivales de Xalapa, de esos que siempre andan cargando un balón de fútbol americano en la mano, haciendo bromas pesadas y azotando personas estudiosas y de gafas contra los casilleros; siendo yo un socio de la Inmobiliaria Vival y apasionado de la música de Vivaldi; no podía permitirme realizar una actividad propia de mis acérrimos enemigos: los Nerds… ¡grave, gravísimo error de vival!

Pocas veces o nunca me sentí tan identificado con un libro como con Fundación e Imperio, el tipo de novela que me gusta clasificar como “macro-concepciones”, por la vastedad de mundos y culturas que maneja su autor. Leer Fundación e Imperio reavivó en mí aquella chispa de aventura que me brindaba el estar jugando con naves, fantaseando feliz con conquistar y colonizar otros planetas, cuando era un pequeñín. Que alguien como Asimov transcribiera al papel su imaginación y en ella detallara todo lo anterior, y a un general como Bel Riose y a un personaje como El Mulo (mi favorito), hizo decirme a mi mismo: “¡coño, si esto fue escrito para mí!”

Pero haciendo a un lado lo entretenida que es la historia, la multiplicidad de sus mundos, su ciencia ficticia cada vez más cercana a la realidad, etc; algo que me llamó mucho la atención fue el concepto de la Psicohistoria, una ciencia creada por el que a mi parecer es el personaje más inteligente de todas las novelas que he leído (incluyendo estas): Hari Seldon.

Me llamó mucho la atención y me emocionó de sobremanera porque la psicohistoria es algo que yo había imaginado anteriormente, obviamente sin tal profundidad ni inteligencia, mencionándola, sin conocer su nombre ni a su autor, aquí y acá (¡mi otro blog!).

Básicamente es una ciencia que trata de predecir el futuro al que se encamina una civilización completa a través del análisis matemático de millones de datos estadísticos; entre ellos, al que más importancia le dan en el libro: el comportamiento humano en grandes masas, el cual se mantiene siempre constante -según el libro-. Más sin en cambio, Asimov nunca menciona directamente otros factores probablemente más importantes -al menos no en el libro- que seguramente consideró su personaje Hari Seldon para sus ecuaciones kilométricas, como la trayectoria de los miles de millones de astros dentro de una galaxia que pudieran afectar las colonias, agujeros negros supermasivos, avances científicos, casualidades newtonianas (como la de la manzana) que pudieran inspirar nuevos descubrimientos en la ciencia, fluctuaciones económicas, producción alimentaria, la intervención de agentes inteligentes externos (alienígenas), la intervención de agentes astrofísicos externos (explosiones gama, asteroides etc),  recursos naturales de cada planeta, etc, etc¹⁰. En pocas palabras, el proceso profético de Hari Seldon supondría la recopilación de todos esos datos (billones de datos), obtener una constante de cada uno de los factores, y una vez reunido todo esto, formular una descomunal ecuación que los relacione para, de esta manera, saber lo que va a ocurrir… ¡Puta madre! ¿Se imaginan el esfuerzo intelectual que requeriría todo eso?… Ni las mentes de Paulina Rubio y Alicia Machado juntas podrían lograrlo… ¿o sí?… Bueno, tal vez si se uniera a ellas el cerebro de Anahí de RBD estaríamos muy cerca.

Lo chingón de esta ciencia es que, si acaso no podemos aplicarla a toda una civilización galáctica, teórica y eventualmente sí podríamos aplicarla a grupos más pequeños, como una nación. Pero antes de dar unos ejemplos, me gustaría ofrecer estos dos postulados ficticios sobre sistemas. No soy experto en física, pero esto es lo que me gusta imaginar:

1. Un sistema imperfecto crece hasta colisionarse hacia su interior; después evoluciona.
2. Un sistema perfecto evoluciona constantemente y se autoregula.

Dos ejemplos de sistemas imperfectos reales que podríamos relacionar con psicohistoria, son naciones como E.U y México.

De México un buen ejemplo sería el actual problema que tenemos con el narcotráfico y la corrupción de la clase política. De manera resumida, este problema se dejó crecer durante muchos años, y ahora, en el 2011, se encuentra en su mayor auge. Gracias a un mal gobierno se produjo delincuencia más allá de la tolerable por una sociedad. Debido a este repentino incremento muy superior a la media, esta delincuencia se vio obligada a dividirse en seis o siete grupos (cárteles). Pero dentro de nuestro sistema mexicano donde es el narcotráfico es un mal necesario, solamente podemos mantener dos grupos debido al espacio. Por ello es que ahora se están exterminando entre ellos, porque no caben; de modo que al final morirán tantos delincuentes, que la delincuencia misma decrecerá con la misma rapidez con la que creció y se normalizará, quedando los dos grupos de siempre.  En cuanto a la política, el mexicano promedio ha comprendido que debe de elegir al menos peor, y en las elecciones del 2012 o el 2018 eligirá al partido “menos peor”. El ganador será el partido que menos tiempo lleva gobernando; o sea, el que menos se ha corrompido. En pocas palabras, el país… el sistema, se colapsó, y en este momento se está “limpiando” por sí mismo (evolucionando) sin que ninguno de nosotros influyamos directamente. ¿Comprenden la belleza de Seldon?

Otro ejemplo.

En Estados Unidos sucede algo muy peculiar. Tanto han metido la cuchara en asuntos exteriores y de manera tan soberbia e injusta, que ya no sólo los ciudadanos del mundo detestan las marranadas que hacen como país; incluso los mismos ciudadanos estadounidenses comienzan a rebelarse contra su propio gobierno; el caso más reciente: Wikileaks. No les sorprenda que todo ese odio se traduzca a un demente haciendo explotar 25 kg de TNT en un mall. Por otra parte, cada vez aumentan más los casos de soldados que se suicidan, mensualmente aparece un adolescente que sacó una UZI y rafagueó a varios compañeros de su clase, las niñas crecen con la idea de que ser como Paris Hilton o como las idiotas de Jersey Shore es lo máximo, etc, etc. No me lo tomen a mal los gringos, pero yo le hallo mucha similitud al Imperio decadente que describe Asimov y al actual que mantienen ellos. Van pa’bajo dentro de unos 100 años a menos que se pongan las pilas. Lástima que Hugo Chávez no podrá disfrutarlo… ¡Venceremooo!

Y como ejemplo de sistema perfecto en pequeña escala, pues ¡qué mejor que nuestro planeta!

Nuestro planeta nos cobra la factura de la contaminación año con año; nosotros le quitamos árboles, ella nos quita humanos; generalmente aquellos que son los más pobres, los que “sobran” dentro del sistema. Los mismos humanos nos vemos como rivales cuando percibimos que el espacio entre nosotros está disminuyendo; es por esto que ahora mismo alguien de nosotros desearía que ocurriera una guerra catastrófica que disminuyera la población mundial; o que algún “científico loco” o un grupo exclusivo de líderes mundiales súper inteligentes, deseen eliminar decenas de miles de personas con un virus letal que sirva como método de control poblacional en el futuro… Se lee feo, pero ni siquiera es maldad, es lógica pura, frialdad matemática; la manera más inteligente para preservar nuestra especie, que después de la catástrofe evolucionaría. Es algo bello una vez que se comprende.

En fin. Me considero Profeta porque me gusta visualizar el futuro considerando las circunstancias actuales, soy un profeta que piensa en posibilidades como algún autor de ciencia ficción. Y me considero Falso Profeta porque no lo hago de la manera tradicional. A diferencia de los otros falsos profetas, yo no vengo a desprestigiar a Jesús, a buscar partidarios para hacer el mal, ni traer conmigo el fin del mundo…

¿o sí?

(¡Por cierto, es semana nerd en Falso Profeta!)