Carta al futuro I

A toda la gente del futuro:Hola. Les escribe un hombre común y corriente del pasado. Para ser más preciso, se me conoce como Falso Profeta y mi vida sucedió durante el siglo XXI. Hasta la tarde de hoy han transcurrido dos mil once años y trescientos dieciocho días desde el nacimiento de Jesucristo, verdad o no sea del hecho, pero sigue siendo la figura principal de las religiones de mi tiempo. Disculpen si les escribo en español (ahora lengua muerta), pero es la que mejor conozco.

No soy tan salvaje como para ser considerado un cavernícola, ni tan avanzado como para ser llamado eso que ustedes conocen como Alphas. Soy un macho rudo y con una fortaleza dominante, pero nunca cruel o insensible. He tenido peleas fisicas contra otros machos de mi especie y las he ganado, pero, en contraste con esta brutalidad dentro de mis bíceps, sé apreciar la poesía y he regalado rosas rojas a las mujeres para cortejarlas, entregándoselas con mi boca y usando una capa.

Sepan que en mi planeta, el planeta en donde se incubó nuestra especie, las circunstancias ambientales no van bien. La temperatura de la superficie y de los océanos ha aumentado. La deforestación acelerada, principalmente en países tercermundistas, ha provocado sequías intensas que propician fenómenos naturales destructivos aún más intensos. El sucio e ineficiente petróleo sigue siendo nuestra mayor fuente de energía. Hemos descubierto otras maneras de obtenerla, pero siguen siendo muy caras. No obstante, hay humanos muy evolucionados que en este momento están pensando en soluciones inmediatas y a futuro para estos problemas. Espero que ustedes en este momento estén disfrutando de su calefacción gratis, de sus sirvientes robots y de sus servicios también gratuitos; porque yo en este momento tengo frío y mi conexión es de solamente 3mbps. ¡Ah! Y también tengo gripe, una enfermedad de nuestro siglo que año con año cobra muchas vidas.

Aunque no estamos muy retrasados (algunos sí, en especial los que ven videovloggers; pero me refiero a nosotros como civilización). Tenemos una estación espacial —la primera—, nuestros primeros humanos en el espacio. No es familiar el concepto de la relatividad general, teoría que es aceptada y enseñada mundialmente; aunque recientes resultados en nuestro acelerador de partículas arrojaron que los neutrinos superaron la constante de velocidad einsteniana. Sin embargo, algunos expertos sugieren que se omitieron ciertos factores importantes en el cálculo de la velocidad, caso en el que ahora se encuentran trabajando.

Sepan que nací en la región conocida como México, pero yo no hago sacrificios humanos para honrar al Sol; eso fue hace más de 500 años. De hecho, detesto el sol, y mi único Dios brilla y es metálico.

Sin embargo, tengo muy arraigado el concepto del honor. Me pregunto si en el futuro lógico y calculador de ustedes siguen utilizando valores tan abstractos y subjetivos como éste. Quizás no lo usan ya y tal vez ni siquiera lo conocen. Si tal es el caso, sepan entonces que el honor existió en este planeta y que alguna vez fue más importante que el dinero mismo.

Sepan que existió un súper humano llamado Emmanuel Dapidran Pacquiao y que era considerado el mejor boxeador del mundo; el mejor atleta que ha habido en mucho tiempo. Sepan que también existió otro súper atleta y boxeador llamado Juan Manuel Márquez, que peleó tres veces contra Pacquiao, oficialmente empatando una y perdiendo dos. Sin embargo, sepan que el día de ayer fue la tercera de sus peleas. Sepan que Juan Manuel Márquez, una persona seis años mayor que Pacquiao, entrenó día y noche durante meses, que incluso llegó a tomar su propia orina como parte de su entrenamiento (ojalá ustedes ya tengan una mejor manera de recuperar vitaminas), anoche peleó de manera brillante y ganó la pelea, pero le victoria le fue arrebatada cínicamente frente a cientos de millones de personas quienes hoy día se quejan en todos los medios de comunicación.Sepan que Manny Pacquiao se arrinconó en su esquina para lamentarse por su derrota antes de que lo anunciaran como ganador y que, sabiéndose el perdedor, con vergüenza se puso el cinturón de campeón. Sepan que el día de ayer, 12 de noviembre de 2011, el boxeo mundial perdió la mínima pizca de honor que le quedaba gracias a compañías como HBO, Top Rank y las agencias de apuestas a quienes para nada les convino aquél desenlace tan inesperado donde el hombre más viejo, el más cansado y el menos favorito, peleó como un dios azteca y resultó ganador.

Firmando como testigo visual de los hechos y buscando que mi queja quede para la posteridad y que esta injusticia nunca sea olvidada, queda suyo,

Falso Profeta.