Mi opinión sobre Wrestlemania XXVII

Antes de empezar me gustaría enfatizar algunos puntos importantes:

1. Estoy consciente de que la lucha libre es ficticia, pero a la gente corriente y sin muchas luces como yo nos gusta creer que lo es, nos gusta sentirnos impresionados, lo cual muchas veces la llega a hacer espectacular. A mí en lo personal pónganme enfrente una camioneta vieja y con altavoces anunciando una pelea entre un niño reptil vs una cabra de dos cabezas, y los seguiré hasta el fin del mundo… ¡Déjennos en paz con nuestro circo, malditos intelectuales!
2. Los hombres que dicen que ver a dos tipos con aceite y en calzoncillos peleando NO es una actividad varonil, son pendejos que nunca han estado en una pelea en su vida o que sí estuvieron pero nunca lo ganaron, y como nunca destacaron en alguna actividad física se desquitan de esa manera. Además ¿quién mierda se fija en los calzoncillos cortos y en el pene de los luchadores? R= Los que dicen eso. Mujeres: tengan cuidado con estos nerds amariconados antes de que empiecen a robarles sus labiales para darle “otro uso” en una zona mucho más abajo del rostro.
3. Un hombre verdaderamente chingón y machista sabe que el pináculo de las peleas y la varonilidad son el box y las artes marciales mixtas (acompañadas de litros de cerveza); sin embargo, se debe de aceptar que la lucha libre es un show que combina acción, fortaleza, atleticismo, histrionismos decentes, sincronización acrobática y un buena historia donde al final -generalmente- triunfa el bien sobre el mal; lo cual la hace un entretenimiento mucho mejor que otros.

En pocas palabra: disfruto la lucha libre, pero no me gusta tanto como para pagar por un evento tan regular como el de hoy (como fue el caso de un amigo jajajja):

La verdad a mí me dejó mucho que desear. Cuando terminó Wrestlemania me metí a Twitter para leer las reacciones de la gente, y la mayoría estaba inconforme. Imagínense haber gasto $54 dólares del PPV para ver a The Rock pelear solamente un minuto, cuando por meses sostuvo una guerra de hablar mierda sobre John Cena y viceversa, haciéndonos pensar a todos que, cuando el momento llegara, pelearían a muerte y The Rock iba a poner en su lugar al insufrible Cena (cuyos fans todos son gordos vírgenes que empiezan a sudar con tan solo haber hecho click en el botón “Me gusta” en la página de fans de John Cena; y esto está científicamente comprobado).

¿Pero qué ocurrió? Nada que estuviera al mismo nivel de la vasta publicidad que le hicieron al evento. No quisieron hacer perder a John Cena (aunque técnicamente sí perdió, pero los de la WWE justificaron esa derrota con una intervención de La Roca; perdió, pues, por trampa para no bajarlo de nivel), ni tampoco hicieron perder a The Undertaker contra otra leyenda como Triple H (quien se merecía una victoria), hecho que le hubiera dado un giro totalmente inesperado a las tendencias de la WWE, refrescándola y haciéndola bastante impredecible y por ende, más entretenida.

En cambio fue más de lo mismo. Otra vez esos comercialazos tuvieron alto impacto (los comerciales más llamativos y espectaculares del mundo del espectáculo son, a mi parecer, los de la WWE) y la gente se los creyó. Por esto yo creo que, en caso de que La Roca solo haya regresado para Wrestlemania y que no vuelva a pisar un ring dentro de muchos meses, la empresa se irá a pique poco a poco, pues a Undertaker le quedan dos años a lo mucho, a los cada vez más gordos Triple H, Rey Mysterio, Kane y Edge, que son quienes más llaman la atención, tampoco tienen mucho tiempo antes de que empiecen a dar lástima. Solo se quedarían con luchadores jóvenes pero sosos, sintéticos y repetitivos como The Miz, Jack Swagger, John Cena, etc., cuyas peleas suelen ser bastante aburridas, por cierto.

Así es que, a menos de que entiendan que la gente está harta de que hagan ganar a los que siempre ganan, en unos años más (incluyendo los factores de que otros deportes de combate como la UFC se hacen cada vez más populares) a la WWE la veremos sucumbir y ser dividida en otras ligas más, convirtiéndose en un solo remedo del magnífico circo que era antes.

Por cierto, si alguien se pregunta cuál era el luchador preferido de Falso Profeta, de una vez les digo que Shawn Michaels, the heart break kid.

Fanfarrón, anticuado, rompecorazones y cara de chingón; así como yo.