Narco-democracia

Estaba buscando nombres de dominios .com para comprar y revender después. Ya saben, lo que hace quince años fuera un apetitoso negocio donde se obtenía hasta cincuenta veces lo invertido, (¡o más!), y ahora es más que nada para abrir sitios de pornografía y aberraciones sexuales, y ganar dinero con la publicidad; así como los ejemplos que busqué: enanasdesnudas.com (llega mucha gente a mi blog buscando enanas desnudas), miprimerpaja.net, esposasycaballos.com, latinasculonas.com, falsoprofetaPENEERECTOPARATIAMOR.net (¡éste ya lo compré!, espérenlo pronto, chicas. Hay una galería donde salgo totalmente desnudo frontalmente, cubierto de aceite y con una rosa negra en la boca, sosteniendo en la mano poemas de Ossian), etc.

Para mi sorpresa, ninguno de los dominios .org ni .com.mx están comprados aún, salvo uno del Cártel de Sinaloa (www.carteldesinaloa.com.mx), los demás, para todos los cárteles, están disponibles.

Aunque lo mejor de esto es que llegan otras personas, gente decente como uno y harta de los narcos de su región, que buscan un mejor tipo de “narco-gobierno”, y les ponen el dedo a sus hostigadores; de quienes informan sus nombres, sus características físicas, su ubicación, su manera de operar, los vínculos que tienen con las autoridades locales y hasta a qué puta lavandería van a lavar sus calzones.

¿No serían acaso algo grandioso para la ciudadanía que se unieran estas dos posibilidades? Por un lado, le sirve a los cárteles para reclutar idiotas enajenados con las armas y la violencia, que los grandes jefes mandarán a la primera linea de fuego, librándonos de ellos; y por otro lado, sirve para que la gente como nosotros denunciemos con ellos a los narcos que tenemos a nuestros alrededores, que tanto nos afectan, prefiriendo que sean otros narcos menos perjudiciales quienes controlen la zona. Es forzarlos a la competitividad y a un mejor trato; y si no lo hacen, nos generan descontento con ellos y los penalizamos acusándolos. Es justo lo que está pasando en Tamaulipas.

Si la guerra entre narcos se llevara acabo también en Internet con algo más efectivo que los video-mensajes con decapitados (por cierto, pasadisisisísimo de verga ese video que vi hace unos meses, brrr… ¡no me manden esas mierdas cuando estoy desayunando, coño!), más pronto se terminaría la guerra. Entre más les facilitemos el trabajo a ellos y al -todavía confiable- ejército, tanto más rápido se terminará toda esta mierda.

Los narcos no-tan-malos deberían de darnos esta oportunidad de “cooperar” con ellos en algún portal de su preferencia. Sería algo muy astuto de su parte.

Como si fuera tan dificil hacer una página anónima, chingadaverga:

1.- Comprar un nombre de dominio y un plan de hosting con nombres falsos como “Don Juan Tenorio”, “Pepe Nava” o “Pícoro Daimaku”.

2.- Pagarle $10, 000 pesos a un pendejo diseñador para que haga una página chingona con el logotipo o los colores representativos de tu cártel:

¡Emm, perdón! [coff-coff] Quise decir algo así:

3- Poner un formulario de contacto donde te lleguen todos los pitazos, ubicaciones y movimientos a tu correo electrónico, que puedes consultar con tu teléfono celular o desde un cibercafé:

(Como dato curioso, ridículo e indignante, en la SSP tienen un formato de denuncia muy dificil de encontrar y es mucho peor que éste, y en la página del ejército ni siquiera tienen uno)

4.- Llenar tu web de porquerías multimedia y aditamentos molestos e incesarios que tarden horas en cargarse:

¡Listo! ¿Tan difícil es? Incluso hasta le pueden poner una de esas pendejadas de “follow me on Twitter”.

Incluso el más pendejo de los mexicanos sabe que le conviene más tener como vecino a un sombrerudo prepotente que no duda en matarlo si le “faltan al respeto”, y cuya dedicación es a la venta de drogas y a matar narcos rivales; que a un pelón tatuado de pies a cabeza, que también te mataría si “le faltan al respeto”, también vende drogas y también mata narcos rivales, pero que además de eso, se la pasa extorsionando familias y negocios, y en cualquier momento en que se le antoje, podría ponerle la pistola a una familiar suya, violarla, y si acaso, matarla.

Pero volviendo a lo de los .com – .org, los mismos narcos (o la gente ociosa e intrépida) podrían comprar el nombre del dominio solamente para hacerle bromas jocosísimas a sus rivales mortales; por ejemplo: que en www.carteldesinaloa.org, pusieran fotomontajes del “Chapo” en una orgía junto con sus capos más poderosos, metiéndose cuernos de chivo por cada orificio que tengan; o bien, abrir la página a nombre de Los Zetas y poner un letrero con letras gigantes que ocupen toda la pantalla: “AYYYY MANAAA, SI KIERES UNIRTE A NOSOTRAS PRIMERO DEBES DE TENER UN LINDO ABDOMEN, BUENA NALGA Y BUENA VERGA, PERO SIN DEJAR DE SER MASCULINO… ¡Y PELUDO! MUY PELUDO… ¡SI NO LO TIENES, NO PUEDES! MÁNDANOS UN CORREO A [email protected]”, acompañando el texto con fotomontajes graciosos de temáticas homosexuales. Es algo muy de humor mexicano. Lo mismo podrían hacer para molestar a los Beltrán Leyva, a los del Cártel de Juárez, a la Familia Michoacana, etc, etc. ¡O qué se yo! ¡Pero esos nombres están a merced de cualquier chacal que podría aprovecharse de la situación!

Nótese que estoy siendo imparcial con todos los cárteles, por si algún miembro entró a mi blog por accidente, leyó esto y ya se calentó, y está pensando con qué cuchillo va a rebanarme una vez que me encuentren. No sean nenas y acepten un poco de crítica. Falso Profeta es acartelista y apartidista.

Es una simple observación sobre protección de imagen corporativa en Internet, nada más (aunque dudo que a un grupo que corta como sushi a sus rivales y les deja clavados un cuchillo en la espalda con un narcomensaje con faltas de ortografía, le importe una mierda su “imagen corporativa” en Internet.)

1. Vivo en México.
2. Comprar un dominio así implicaría que el FBI o la DEA investigara quién lo compró, y si no fue un americano que invierte su dinero en eso, y sí un mexicano, entonces le pasan la investigación a organizaciones mexicanas como la SSP o la SIEDO.
3. Estas organizaciones federales se ponen en contacto con autoridades estatales (que no precisamente tienen fama de ser incorruptibles), me ubican y mandan a un grupo de policías o poli-zetas a hacerme preguntas de una manera no tan amable que digamos.
4. Cuando salgo a correr por la noche, una camioneta me levanta, me llevan a su cuartel y me hacen las preguntas mientras me agarran como costal de boxeo. Si tengo suerte me dejan a 15 km de mi casa con la putiza de mi vida, tal vez violado, o en el peor de los casos, me matan y me dejan inerte en el monte.

Sólo me resta decir que denuncien, denuncien en todas partes y anónimamente, claro. Denuncien con quien sea; con el ejército o el cártel de su preferencia. Denunciar en estos días tiene el mismo peso democrático que votar; uno se queda con el “menos peor”, como sucede con nuestros gobernantes, quienes propiciaron todo esto en primer lugar. Si denuncian desde un cibercafé o de una caseta telefónica es prácticamente imposible que sepan quién fue, a menos que sean muy pero muy pero muy idiotas.

Me faltó mucho por escribir, pero ya será después. Por lo pronto les dejo algo que puse en un club de fans de “El Chapo” Guzmán en Facebook.

¡Gente tan bruta!

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