Aprovechen hoy para PELEAR

Estuve leyendo algunos de los comentarios de abajo y francamente me enfadaron. Lo que me incomoda es que son tantos los insultos y tantas las mentadas de madre que terminaron no sólo de chocarme a mí, sino también a las demás personas que suelen leerme, haciendo que ellos desistan de hacer un comentario que SÍ tenga que ver con el post, y yo prefiero 50 comentarios que sí tengan que ver con lo que escribo, a 150 de puras peleas.

A veces cambio bruscamente de estilo porque incluso yo me aburro de leerme con la misma narrativa y con la misma temática. Caso ejemplar es el post de abajo. Y no lo voy a dejar de hacer solamente porque a pocos de ustedes no les gusta. Entiendan de una vez que ya no puedo escribir tan estúpidamente como antes porque yo sí he madurado. Tengo 27 años, ya no puedo escribir como alguien de 22; entiéndanlo, hacerlo sería retroceder literariamente y encasillarme.

Si quieren seguir leyendo incoherencias con una narrativa tonta pero divertida (de la cual no me arrepiento porque en su momento la gocé), abusando de la palabra VERGA para maldecir; vayan al “archivo” y regrésense en el tiempo unos cuatro años. De lo contrario hay muchos blogs parecidos al mío de ese entonces, y seguramente hasta lo son más divertidos.

Pero ¡por Dios! ¡Ya dejen de LLORAR! ¿Por qué chillan tanto? Y en especial ¿por qué lloran como una Chilindrina?… Waac waaaaaaaaaac, no importa la manera en que se quejen ni en el lenguaje en que se quejen; mi mente traduce sus textos quejumbrosos a la onomatopeya de waaaaaaaac waaaaaaaaac, suponiendo que todos ustedes están llorando como una Chilindrina… Así, miren: Waaaaaac waaaaaaaaac… ¡Carajo! Tanto conozco su manera de llorar que el primer día en que publiqué el post, en el momento en que encendía la computadora, dentro de mi mente ya podía escuchar sus sollozos de Chilindrina esperando una explicación de mi parte a tan “ofensivo” acontecimiento….

Yo sabía que el post de abajo traería aceptación o rechazo; ninguna respuesta más. Por eso fue que lo hice. Incluso haciendo una suma de las aprobaciones y de los rechazos, ganaron las aprobaciones por un 70%. Lo cual me reconforta, pues refleja que la mayoría de mis lectores aceptan mi humor raro y de alguna manera se sienten identificados conmigo. Del 30% restante, 20% no le entendió o les dió flojera leer, y los demás son las chilindrinas lloronas.

Lo siento por ellos, pero ya no puedo regresar, así es que se adaptan o siguen llorando como chilindrinas. A mí me gusta más cómo escribo ahora. Me siento como un león lleno de cicatrices, con los huevos bieeeen duros e hinchados (aunque esto no influya en la peculiaridad de mi estilo… ¿o sí?) , con mayor sabiduría y sin dejar de ser chingón y machista, como todos los leones. Aunque sé que tarde o temprano llegará otro león más chingón y más machista que yo a usurpar mi lugar. Mientras tanto esperen de mí lo que han visto hasta el momento, con una que otra sorpresa agradable y un poco de publicidad pornográfica un estilo un tanto más maduro, pero sin perder, desde luego, la peculiaridad que ha hecho que personas quienes llevan cuatro o cinco años leyéndome, lo sigan haciendo con el mismo entusiasmo que antes.

En lo que respecta a los zafarranchos de abajo, aprovechen el día de hoy para seguir peleando con todo el gusto del mundo, porque a partir de mañana, si me hastían como lo hicieron hoy, empezaré a borrarlos, no porque me afecten realmente, si no para la comodidad visual de los demás lectores quienes vienen siendo la mayoría, y es a la mayoría a quien Falso Profeta responde.

Eso no significa que ya no puedan replicar a un insulto o a un comentario malaleche, simplemente eviten el hacer de este blog un completo desorden. Más tarde les prometo hacer una guerra de San Vachintuma para poder PELEAR como Dios manda en el onceavo mandamiento.