Cómo decir NO en un tabledance

Desde hace como 9 meses que no voy a un tabledance. Esto se debe en gran medida a que no he sido COACCIONADO por mis amigos para ir, ya que siempre voy contra mi voluntad. Es que, la verdad, qué manera tan nefasta de degradarse en esos lugares, tanto hombres como mujeres — 😉 wiiiiiink 

Yo soy de la idea de “para qué voy a pagar lo que, en teoría, podría tener gratis”. Me gusta salir a divertirme, ver mujeres y alcoholizarme; pero no podría pagar por sexo o contacto sexual; al menos no hasta que encuentre un cociente razonable de precio/mujer-que-en-mi-puta-vida-voy-a-tener-gratis, entonces tal vez pagaría.

Entre las cosas que más me entretienen (aparte de los grandes pechos operados) es ver cómo la mayoría de los hombres sucumben. También yo he sucumbido, no lo niego. Mi razón para negarme ha sido “para qué chingados quiero que me hagan un lapdance privado si al final ni me las voy a coger ni me dejarán tocarlas”, pero ¡puta madre!, su mercadotecnia es tan convincente y efectiva. Es casi físicamente imposible decirle no a una mega-mamacita en tanga.

Sin embargo, aquél día, hace 9 meses, lo hice. Me negué aún cuando llevaba dinero suficiente para costearlo. Le dije no a una venezolana buenísima en micro-faldita sentada en mis piernas, y por ello subí como 5 niveles de experiencia en mi camino a la autosuficiencia sexual soberanía emocional.

Cuando llegamos, elegimos una mesa que no estuviera pegada en la pista ni tan alejada. Minutos después de que pedimos una botella, mañosamente, el gerente nos llevó dos bailarinas a la mesa, el anzuelo ineludible para exponenciar la cuenta. Yo lo recibí con una sonrisa resignada como de hijo de tu puta madre perro, pero incluso antes de que yo pudiera objetar que por el momento no requeríamos esos servicios, las bailarinas ya estaban sentadas en nuestro regazo.

Con mi amigo se sentó una rubia tetona que ya no se veía tan joven, y conmigo la venezolana con piernas genéticamente alteradas y con una nano-cintura. Nos pidieron afanosamente que les invitáramos un trago, y les dijimos que por supuesto que sí, que la botella era suya, pero obviamente se referían a un trago de los que ellas piden para permanecer con los clientes, los cuales cuestan el cuádruple, además de que se lo toman en dos putos tragos.

Instantes después de que se presentaron, comenzaron a seducirnos sin que ofreciéramos mucha resistencia. Me dije a mí mismo, pues bueno, ¡ya qué!, y rodié su cintura con mi brazo. Ella no pesaba nada, pero aún así se sentía voluptuosa por todos lados, firme, carnosa, apretada al máximo, ni un milímetro más ni menos. Comenzó una canción de Pitbull y la mujer empezó a bailar, haciendo un lado su cabello, descubriendo su espalda y moviendo sus caderas al ritmo de la música. Yo podía escuchar mi billetera gritar “¡dile que se vaya, por favor, dile que se vaya, ahora! ¡Que no se mueva así! ¡Quítala ya, idiota!”. La stripper me insistía al mismo tiempo en que se colgaba de mi cuello e imprimía sus labios sobre mis mejillas. Entre más tiempo pasaba, mi determinación se desmoronaba y mis negativas a sus peticiones eran tan débiles que ni yo mismo las escuchaba. Tomó mi mano, la colocó en sus piernas y preguntó “¿qué no te gusto?”. Bajé mi mirada de sus ojos color miel hacia sus piernas. Parecían inverosímiles, salidas de una historieta, demasiado voluminosas y bien formadas. Mi billetera gritó: “¡A la mierda! ¡Hazlo, hazlo ya, hijo de puta, marica! ¡No me importa! ¡HAAZLOOO!”

¡Pero no! ¿Qué había de mi promesa de austeridad y de no pagar por cariño? Todo indicaba que fracasaría nuevamente. Yo busqué desesperadamente un pretexto para rechazarla, pero que no me hiciera ver como un pendejo o un donnadie, y milagrosamente se me ocurrió algo bueno, brillante. Le expliqué en un tono relajado que después la buscaría y que me encantaría invitarle lo que quisiera, pero que primero necesitaba tocar un tema delicado con mi amigo. Ella pareció creerlo, pero cuando volteó a verlo, me contestó: “pero tu amigo ya se va al privado, míralo”. La rubia tetona llevaba a mi amigo de la mano. Él posó su mano en mi hombro y me dijo con tremenda sonrisa de idiota “ahorita vengo, wey”, y se fue bailando y silbando la canción en curso.

¡Hijodetuputamadre! Apenas unos minutos después de que entráramos el muy bestia había violado nuestro pacto de no consumir otra cosa más que alcohol. Mi mejor amigo abandonó el barco. Me dejó solo, solo con una escultural mujer vestida con 22gr. de ropa sentada en mis piernas, ¡pobre de mí!

La mujer se puso de pie un instante, reacomodó su microfalda y cuando se sentó nuevamente, ésta le cubría mucho menos que antes. “¿Entonces, papi?” Levantó mi barbilla y me echó una mirada que parecía ser la entrada a un universo paralelo de placeres nocturnos, invitándome a que lo explorara. ¡Entonces cásate conmigo ahora mismo, maldita zorra buenisisiísima, te amo! “Es que tengo novia”, le respondí. Ella se carcajeó. Tocó con su dedo índice mi nariz varias veces y me reprendió: “eres un mentiroso”. Después se puso de pie y se fue. Yo pensé: jaja, ¡pero qué mujer tan tonta!  Otros 15 segundos más y yo habría dejado que exprimiera toda mi billetera hasta el último centavo.

El resto de la noche me la pasé cuestionándome si ante sus ojos me vi como chingón o como pendejo. Mi amigo llegó 15 minutos después a pedirme 300 pesos prestados.

La verdad es que voy pocas veces, no soy un experto, pero sí tengo un buen ojo que lo ve todo (más allá de los disfraces de colegiala) y aprendo rápidamente. Aquí algo de lo que he aprendido.

Cómo no lucir como un pendejo en un tabledance:

  1. No busques mesas junto a la pista de baile. Esas mesas están destinadas para chamacos cagones que recién recibieron su credencial de mayoría de edad y desean estrenarla en un tabledance. Deja que lo disfruten y capturen la imagen para pajearse una vez que lleguen a casa. Tú debes ser refinado. Busca algo más alejado. La discreción es la esencia de los grandes dandis.
  2. Incluso si estás muy borracho, trata de no molestar al gordito bigotón, de baja estatura, vestido con botas de serpiente y camisa Dolce Gabbana, que está rodeado de mujeres y en el centro de su mesa tiene botellas de champaña y una montañita de polvo blanco. En caso de que no lo hayas notado, esos hombres malencarados que están en las mesas contiguas son su escolta, tienen un lanzagranadas en la cajuela  y son aficionados a decapitar humanos.
  3. Lo más patético que he visto en un tabledance (y probablemente también en mi vida) fue un tipo alto, medio gordo, de lentes, payaso, que llegó bailando, riendo y hablando fuertísimo, como muy chingón y como si fuera la bomba de diversión adonde acude, creyendo que podría conseguir algo con su arrolladora personalidad. La cara que las chicas pusieron al verlo fue una mezcla entre lástima, risa y asco. El tipo aprovechaba cada instante para sacar su Blackberry y para pasearse frente a las bailarinas, “ignorándolas”. En su mesa compraron una botella como para 10 cabrones. La verdad es que fue una imagen muy triste. Ah sí, y obviamente no consiguió ni puta madre, jajaja.
  4. Nunca  beses a una teibolera; no sabes cuántos penes podrías estar chupando indirectamente. Al menos cerciórate de que ya se lavó los dientes.
  5. Sé que es difícil estando borracho, pero trata de llevar la cuenta de lo que has tomado. Y una vez que  hayas pagado revisa los tres puntos fundamentales: billetera, celular y llaves. Los meseros de los teibols son lo más maligno que existe después de Voldemort.

En fin. Eso es todo lo que sé sobre los tabledance hasta el momento. ¡Ah! Por cierto, ustedes hombres no son los únicos que se divierten. Esto fue lo que hizo su esposa en el día de su despedida de soltera; se comió el pastel antes de la boda.

18 comments On Cómo decir NO en un tabledance

  • Hace mucho que no venia a la “blogosfera”… te acuerdas cuando eras famoso? sniff

  • jajaj esta entrada me recordó tantas cosas. Muy bueno, Falsete. Sigue así hijo mio, te falta mucho camino aun.

  • jamas le digo que no a una puta, teng el dinero para no quedarme pobre por ello y contribuyo a la economia, luego cuando estoy sobrio me arrepiento un poco pero despues digo “valio la pena”

  • Yo se las hechaba a mi amigo y decia que el era el de :” billete” como no traia ni madres, el se encargaba de correrlas y me reia de el cuando nos regresabamos. Me gustan las viejas, pero gratuitas xD

  • Buen post, estuvo interesante.En lo personal jamás he ido a un table dance… siempre me digo a mí mismo que una buena paja viendo buen porno podría ahorrarte arduas horas de trabajo (y de una infección).Además, preferiría gastarme ese dinero invitando a salir a alguna muchacha, aunque estuviera más fea. El reto y la satisfacción del ligue me parece mayor que el de unas mejores nalgas… compradas.Bien por tí Falso.Atte: hey_alan

  • Bien por ti falso, mira que aguantarte las ganas, no cualquiera!Te la jalaste con la foto de la despedida, jajaja.. pero es la realidad hay muchas chavas que lo hacen valiendoles madre, se me hace realmente asqueroso, bajo y vulgar.. No soy una santa pero eso si, hacer una pendejada de esa magnitud por una vil calentura, jamás!!!.saludos!!

  • en definitiva esta experiencia me trajo a la mente la primera vez que fui a un lugar de estos, sencillamente te encuentras con mujeres que creías inexistentes, lo peor viene cuando la calentura invade todo tu ser y se olvida de cosas mas racionales como el perder toda tu quincena en unas horas. Por eso mejor ya ni voy. El internet y mi pantalla de 42 pulgadas me ayudan a proteger por mucho mi economía.

  • Siendo honesto, la primera vez que fui era un chamaco imberbe y me senté hasta en frente, les compré como 5 tragos a las viejas y se me paró en microsegundos. Pero qué sonrisa me sacan esos momentos cuando los recuerdo, jajaja.

  • Tienes razon es una guia para pendejos. Cuando vayas trata de ser amable con las chicas, puede que le caigas bien a algunas. A mi me funcionó y hasta pude salir con una, Obviamente la compense con entusiasto y perseverancia. Aunque en lo personal, nunca me he arrepentido de haberles pagado.

  • Ninguna puta se me murio de hambre y ningun cabron de sed, yo cuando voy al table es para armar tremendo desmadre y cogedero con las viejas.

  • Yo conocí a una teibolera que me cayó muy bien, salimos y hemos estado en contacto. Es mi amiga, pero nunca hay que olvidar que su principal intere$ $erá $iempre el monetario. Dato curioso, ganan más con copas que prostituyéndose. Esta amiga llega a vender hasta 42 copas en una noche. Así es que no es de extrañar que sean unas profesionales para convencernos. Yo en lo personal, si tienen buena charla y un magnífico cuerpo, sobre todo HERMOSAS PIERNAS, siempre caigo.

  • Se te olvidó mencionar que si nunca aprendes a controlarte, un día acabarás igual que el viejo arrugado de zipper abierto que se la pasa mamándole las tetas a las bailarinas más corrientes del antro y al que todo mundo se vacila sin ningún miramiento.Algo que me intrigó la única vez que fui a uno (al calor de las cheves y la carne nos nació llevar ahí a un coworker que de plano no da ni una con las damas) es la enorme paciencia que han de tener los novios de las rucas que las van a recoger al acabar la función a sabiendas de que ellas se la chupan a un montón de cabrones que ni se han de lavar el chosto y les restriegan el culo entre las bolas.Muy buen post como siempre, Falso.

  • uajajaj cual puta benesolana, venesolanos mis UEBOS; pa mi que hera un onvre cabrón! y con CIDRAL!!

  • Estimado Flácido Profeta; no se existe la palabra “fuertísimo” es “fortísimo”. De nada.

  • poco a poco te estas convirtiendo en adal ramones

  • ¿lo más maligno que existe después de Voldemort?No podías ser más pendejo.

  • Jajjaja, soy el esposo de la mina que se comio el pastel…Juro que… La terminaría perdonando como un imbecil. u_uAbrazo, Js.

  • buenos consejos pero lo malo de mi ,es que mi pinche cartera no me grita cuando se me junta mi aren en el teibol y lo malo es que siempre pago todo yo, y mi pinche frase es otra ronda para las damas pero para que decir no ,,es como uuuuu ya se le acabo el varo de tantas veces que a venido a drinkear con las chicas decir que no lo boy a intentar para que no digan los meseros chicas ya llego el Pablito el wey que le dice que si a todo saludos a todas las lobukis del teibol

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